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Presidencia y AP

Hay un evidente cisma político que de facto vive el partido Alianza PAIS (AP) desde que Lenín Moreno, una vez electo Presidente de la República, empezara sus ataques soslayados contra el líder máximo del movimiento el expresidente Correa, bajo la forma de críticas mal encubiertas a la ingente obra pública de más de 700 obras realizada en la “década ganada” de las cuales, según Moreno, alrededor de 650 presentarían alguna falla, lo que obligó en cierta forma a que el expresidente Correa replique que hasta hoy no conoce en cambio de una sola obra hecha por el gobierno de Moreno, quien dijo que hará todo lo que sea necesario para evitar la posibilidad de que Correa vuelva a la presidencia de la República, que es el verdadero propósito de las preguntas de la consulta popular.

La directiva nacional de AP, encabezada por la secretaria Gabriela Rivadeneira, con el apoyo de 22 presidentes provinciales del movimiento, decidió cesar en el cargo de presidente del mismo al presidente Lenín Moreno, y designar como tal en su lugar a Ricardo Patiño. El motivo aducido para su destitución fue el de indisciplina partidista, por faltar sin ninguna justificación, a las sesiones convocadas por la directiva. Ante lo cual el presidente Moreno interpuso ante el Tribunal de Garantías Penales en Quito un pedido de medidas cautelares para garantizar sus derechos constitucionales, supuestamente lesionados con dicha resolución, petición que los jueces acogieron resolviendo disponer que el CNE se abstenga de inscribir cualquier nombramiento como presidente de AP, en especial de Ricardo Patiño. Aparte de las protestas formuladas por el buró político que acompaña a Moreno, encabezado por la Vicepresidenta (e)Vicuña, aduciendo que la decisión tomada por la directiva carece de validez pues el presidente de PAIS fue elegido en una convención nacional del movimiento, el impase muestra una verdad indiscutible: Que no se debe ser presidente de la república y presidente de un partido político al mismo tiempo. Pues los intereses del país tendrán que anteponerse a los intereses partidistas. Lo menos que correspondería hacer es que el Presidente Lenín al ejercer su mandato solicite a su partido le conceda la debida licencia mientras dure el ejercicio de sus funciones.