Preocupaciones

¿Qué está pasando en América Latina? Tristemente convulsionada, marcada por la violencia en unos casos, en otros por la corrupción y en otros más por una lucha por mantener y ejercer un desmedido poder, que lógicamente ya no obedece a ninguna necesidad real de defender la democracia.

Empezaré por observar con ustedes los escalofriantes acontecimientos ocurridos hace apenas una semana en Bolivia, cuando la prensa internacional informaba al mundo el asesinato del viceministro de Régimen del Interior boliviano, Rodolfo Illescas, quien había concurrido a un intento de diálogo con las cooperativas mineras de una zona de Bolivia, las cuales habían bloqueado una carretera como medio de protesta contra una nueva ley. Según la información que difundió la fiscalía de dicho país, el viceministro había sido secuestrado por los mencionados grupos, golpeado y torturado, hasta morir por un impacto en el cráneo en manos de sus captores, en un violento ambiente de manifestación popular.

Otro Estado, Venezuela, ayer (al momento de escribir este artículo) se preparaba para recibir una de las más grandes manifestaciones contra el régimen, a fin de exigir al órgano electoral que avance en el proceso de revocatoria del mandato del presidente Maduro, quien en un acto, a mi criterio irresponsable, convocó a una contramarcha, cuando es fácil notar que con ánimos caldeados y grupos contrarios cualquier cosa puede suceder.

En otro escenario, el Senado brasileño acogió el miércoles de esta semana las denuncias contra Dilma Rousseff, destituyéndola del cargo, no inhabilitándola para el ejercicio de cargos públicos, por el período de ocho años, luego de un largo proceso por supuestas irregularidades en el manejo de fondos públicos y abuso del poder, asumiendo la presidencia Michel Temer, a quien no le han faltado las acusaciones de golpista y traidor.

Lo preocupante de este breve recuento es que los escenarios van de hechos cruentos y violentos de parte de una población a gobernantes aferrados a un poder rodeados de denuncias de corrupción y traición. Esto nos deja mucho en qué pensar acerca de nuestra región.

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