Precursor del realismo epico

El guayaquileño Medardo Ángel Silva (8 junio/1898-10 junio/1919) es, en Ecuador, el precursor del realismo épico, con su poema Bolívar y el tiempo. Evoca a Simón Bolívar en Mi delirio sobre el Chimborazo.

Un año antes del suicidio, escribió Cumpleaños: “Hoy cumpliré 20 años, amargura sin nombre de dejar de ser niño para empezar a ser hombre...”.

Elegante, niño-poeta, músico, políglota, escritor, periodista, crítico, filósofo, compositor, cronista, narrador, editor, publicista, hastiado de su vida y enamorado de la muerte al cumplir 21 años, escribió El alma en los labios, poema de amor que anunciaba su dramática partida, dos días después.

Heredó la vena literaria de su madre Mariana Rodas Moreira de Silva Valdez, poetisa y artista musical.

Del archivo literario de mi padre, Pío López Lara, poseo un recorte de diario El Telégrafo con el poema que ella compuso, dedicó y publicó el 3 de febrero de 1897, (16 meses antes del nacimiento del bardo) para su amiga María de Jesús López Corrales (mi tía abuela) y a sus hermanos, por aniversario de la muerte de mi bisabuela Carlota Corrales Becerra de López Mazuera, madre de mi abuelo Rómulo G. López, que dice así:

“A mi amiga María de Jesús López y sus hermanos en el aniversario de la muerte de su madre”. “Qué les podré decir para consuelo que mitigue un tanto su dolor, si para el corazón despedazado no basta la palabra ni el amor. Qué bálsamo se encuentra que la herida curar pueda de un alma destrozada. El llanto es tan solo lenitivo que Dios en su clemencia nos depara. Solo llorar sobre la tumba amada. Solo elevar a Dios nuestra oración puede calmar un poco los pesares en que ahogado se siente el corazón. Pero el llanto se seca cual las flores que en su tumba llegamos a ofrendar. Cuando la fe con su poder divino viene presta nuestra alma a visitar, ella nos dice que la muerte es gloria de quien heroico su deber cumplió, el mundo bendice su memoria y en el cielo el premio recibió”.

Lo publiqué en Expreso el 7 de agosto de 2007.