En una sociedad civilizada no deben suceder jamás casos de linchamientos de delincuentes porque aquello es propio de gente cruel, desalmada y despiadada, igual como operan ciertos criminales que utilizan la violencia para someter a los ciudadanos y arrebatarles sus pertenencias o bienes materiales.

En este sentido el desgraciado hecho sucedido en Posorja, donde fueron ajusticiada tres personas por una turba iracunda que las confundió como secuestradores de niños, no puede volver a pasar en el Ecuador porque hasta los peores asesinos tienen derecho a ser detenidos, juzgados, sentenciados y condenados a cumplir con el castigo contemplado en el código de procedimiento penal por la gravedad del delito cometido. Lo que me parece pertinente sería que el Gobierno proteja a los ciudadanos honestos y reforme las leyes vigentes que conceden de manera increíble ventajas y beneficios a la delincuencia, que policías y jueces cumplan a cabalidad con sus distintas misiones y funciones para asegurar un estado donde impere la justicia por encima de la impunidad, así como que se permita cuando menos a los agricultores y campesinos que puedan portar armas de fuego para defenderse del frecuente ataque de malhechores que se dedican especialmente al robo de su ganado.

Lic. Jhonny Muñoz Lima