El porvenir productivo pasa por la incubadora

El porvenir productivo pasa por la incubadora

En el nuevo Ecuador del diálogo, dos motores marcarán el avance -más lento o más dinámico- de una economía aletargada desde hace casi tres años que ya quiere y necesita desperezarse.

En el nuevo Ecuador del diálogo, dos motores marcarán el avance -más lento o más dinámico- de una economía aletargada desde hace casi tres años que ya quiere y necesita desperezarse. En su tarea, el ‘qué’ será tan importante como el ‘cómo’. Ya que, por primera vez en una década, el sector público y el sector privado se acompañan en el camino hacia un país recuperado lo más pronto posible. “Estábamos ya cansados de confrontar”, comenta Roberto Aspiazu, la voz empresarial en este escenario. Ahora todo está en manos de 12 personas.

Seis de ellas representan a instituciones gubernamentales o públicas. Otros seis son empresarios que negociarán por los principales sectores productivos del país y de la economía popular y solidaria. También está el vicepresidente Jorge Glas. Los doce miembros que encabezan el recién estrenado Consejo Consultivo Productivo y Tributario deben manejar un proyecto de crecimiento consensuado con la delicadeza de quien vigila una incubadora.

En menos de 90 días presentarán una propuesta al presidente de la República definiendo una política productiva y tributaria que genere más recursos al Estado sin recargar más a las empresas generadoras de empleo. En un ejercicio de equilibrio y negociación, tendrán que limar asperezas y pondrán a prueba su capacidad de sacrificio. En riesgo está la salud de una economía deteriorada por un precio del petróleo deprimido que ha contagiado a las demás manifestaciones del crecimiento. “La expectativa está dada, pero debo reiterar que no somos el Gobierno. La decisión al final del día la tendrá el Gobierno y el presidente de la República, principalmente, en tomar las medidas correctas y adecuadas para salir de este bache financiero en el que está el país”, puntualiza Iván Ontaneda, representante del sector exportador, uno de los 12 miembros de la cabeza ejecutiva del consejo.

A la mesa se sentarán alrededor de 40 actividades productivas, como la agricultura, la pesca, la banca, la industria y el comercio en general, los exportadores, los textileros... Y, antes de convencer a las autoridades, deberán ponerse de acuerdo entre ellos por el orden de sus prioridades y necesidades. Tarea compleja que saldrá de los despachos, de las llamadas de celular y de las reuniones encorbatadas para trasladarse al terreno.

Durante un mes, los productores, industriales, comerciantes y exportadores del país se someterán a un examen intensivo de recopilación y depuración de propuestas que no quiere dejar a nadie de lado. Cada mesa sectorial debe incluir representantes de toda la cadena productiva, así sean necesarias 50 o 60 personas.

Pero la inclusión de todos no obsta con la concreción. Sus propuestas deberán enmarcarse en cinco áreas temáticas. Para ello se acompañarán de la academia, que guiará la metodología para no perderse en una madeja de requerimientos. Tras pasar el filtro de las mesas temáticas, los cinco ejes se analizarán en conjunto con los representantes gubernamentales. El sector privado, alejado hasta ahora de las decisiones, asegura que no espera un traje a la medida y sabe que la negociación también conllevará sacrificios.

Quién es quién

En el Consejo Ejecutivo, que es la cabeza del Consejo Consultivo, hay cinco delegados del Gobierno, que son los ministros de Comercio Exterior, Pablo Campaña; de Finanzas, Carlos de la Torre; de Industrias, Eva García; de Trabajo, Raúl Ledesma; y de Agricultura y Ganadería, Vanessa Cordero; además de Leonardo Orlando (del SRI), más el vicepresidente Jorge Glas. En representación del sector privado están: Richard Martínez, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano; Iván Ontaneda, presidente del directorio de Fedexpor; Luciola Muentes, de la Asociación de Artesanos; Lucía Calderón, de las Cámaras de Economía Popular y Solidaria; Christian Cisneros, de la Cámara Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa; y Édison Garzón, del colectivo Proponle.

Cómo es el proceso

Las mesas sectoriales tendrán cerca de medio centenar de miembros que den voz a cada tramo de la cadena productiva. Habrá 30-40 mesas, una por sector. Recopilan las necesidades y peticiones de su área productiva y las clasifican según las cinco categorías de las mesas temáticas.

En las cinco mesas temáticas se analizarán las propuestas de los sectores de forma transversal (tributaria, laboral, competitividad...) y se pondrán a consideración también del sector público. Aunque participará en todo el proceso, al final del camino está el Consejo Ejecutivo, con los 12 miembros.

Esa cabeza ejecutiva, con delegados gubernamentales y empresariales, negociará y definirá una propuesta común de política tributaria y productiva para llevar al presidente de la República.

Qué está en juego

“En 90 días no vamos a resolver los problemas del país, pero sí estimo que en el lapso de tiempo podamos llegar con propuestas para los cinco principales problemas que tiene el Ecuador”, apunta Ontaneda. Pero nadie del sector privado se olvida de que habrá temas sensibles, como el tributario, donde los puntos de conciliación con el sector público son menos. El desafío es que eso no se convierta en una suerte de trampa o enredo del que no pueda zafarse el Consejo Consultivo. Ambas partes hablan de negociar, de buscar consensos, pero también habrá sacrificios. Y los dos ya trazan sus líneas rojas. “No vamos a apoyar lo que perjudique al sector empresarial”, acotó Richard Martínez, del Comité Empresarial. La dolarización tampoco se juega.