Ponerse la patria al hombro

Debe estar claro, a estas alturas del partido (ofrezco disculpas por el estilo coloquial luego de la infame goleada), que el autodenominado socialismo del siglo XXI es un completo fracaso. En esa dura puja que opone libertades con equidad, como si las unas impidiesen la otra, los pueblos bajo su égida se han quedado sin libertades y poco han avanzado en equidad, salvo el crecimiento económico vertiginoso logrado por una nueva clase del poder que, con su rapacidad, evidencia otras dos categorías propias del malhadado engendro: su enorme deshonestidad, incluida una gran corrupción, y su vocación totalitaria, manifestada, entre otras características, por su incapacidad de aceptar la alternabilidad democrática o la división de las funciones del Estado.

Ni hablar de la ausencia de respeto por el otro. Su condición mesiánica lo impide, estimulada por una claramente patológica perversidad narcisista que le otorga el imprescindible sentimiento de superioridad requerido como plataforma de superación de profundos complejos, a la postre procesados como odio, revestido, para tratar de ocultarlo, de una obsesiva voluntad de servicio que niega la necesidad del aplauso aunque, por paradoja, propia del trastorno conductual, no se pierda ni la menor posibilidad de ejercer roles protagónicos.

Con solo ello por delante, para no agotar el espacio en el diagnóstico, imprescindible por lo demás para intentar un buen tratamiento, le doy la palabra al entonces cardenal Bergoglio, señalando frente a la desesperanza argentina de ese momento: “Todos, desde nuestras responsabilidades, debemos ponernos la patria al hombro, porque los tiempos se acortan. La posible disolución la advertimos en otras oportunidades. Sin embargo, muchos optan por un camino de ambición y superficialidad, sin mirar a los que caen al costado: esto sigue amenazándonos”.

Frente a la situación que vive el Ecuador, creo yo que deberíamos intentar “ponernos la patria al hombro” y, volviendo al papa: mientras “otros sigan pensando en lo político para sus juegos de poder, nosotros pongámonos al servicio de lo mejor posible para todos”.

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