Politicos y estrategia electoral

Cualquier actividad política requiere que sus partícipes, para llegar a cumplir sus objetivos deban realizar acciones que los conduzcan a ello. Para esto usan factores, elementos tácticos y estratégicos. Entendiendo por tales al conjunto de lineamientos y actividades que son bien planificadas y realizadas para conseguir el triunfo electoral.

Ninguna sociedad moderna puede sustraerse de la presencia e incidencia de sectores, grupos, partidos y líderes políticos que usan tácticas y estrategias en la propaganda. Cada uno de ellos, por medio de un conjunto de asesores (hoy con mayoría de publicistas y especialistas en marketing) dan pasos y realizan acciones para captar las preferencias de los votantes.

En este ámbito no hay discusión alguna. Sí la hay cuando esos “pasos estratégicos” de esos actores y sujetos políticos solo buscan “ganar a cualquier precio”. Esto implica que el accionar táctico y estratégico no tiene por finalidad difundir los contenidos y planteamientos de sus programas y propuestas sino triunfar engañando, mintiendo y haciendo falsas promesas a los electores.

Ante la proximidad electoral es preciso que la sociedad y los ciudadanos estén atentos a conocer cuáles son los “pasos tácticos y estratégicos” que dan los candidatos para buscar el voto popular. Captar y comprender esto requiere que los votantes sean más perceptivos y que los electores sepan entender cuándo una táctica o estrategia está hecha solo para sumar votos y no para “demostrar” que el programa de ellos es el más adecuado para la situación del país. Siempre los políticos dirán que la mejor estrategia y táctica para vencer es “sumar y sumar”. Aunque esta acción se traduzca en restar y debilitar derechos, libertades y conquistas logradas por la sociedad y la ciudadanía. Por esto es importante y necesario que los futuros votantes, especialmente los jóvenes, que lo hacen por primera vez, comprendan cuáles de esas acciones y propuestas son efectivamente válidas y beneficiosas para el país y para ellos.

Esta tarea no es fácil de hacer. Requiere esfuerzos mentales y cognoscitivos que los políticos y sus organizaciones no las dan. Es el ciudadano el que tiene que adquirirlas siendo perceptivo, analítico y crítico. De lo contrario las “tácticas y estrategias electoreras” devorarán al elector.