image_content_24789140_20180319222121
El presidente Lenín Moreno (cumplió años) se reunió ayer con la plana mayor de la Policía en Quito, que le informó sobre la seguridad interna en el país. Cortesía

Servicio secreto, la gran apuesta

El refuerzo de la seguridad en la frontera con Colombia se hace con personal de inteligencia. Los mandos replantean las estrategias de seguridad.

Los militares y policías, especialistas en inteligencia y contrainteligencia (servicio secreto) aumentaron en la frontera norte. Su gran objetivo es recabar información que permita neutralizar y desbaratar a las bandas criminales que actúan en la caldeada franja limítrofe con Colombia, de unos 700 kilómetros de extensión, que está integrada por las provincias de Esmeraldas, Carchi y Sucumbíos.

El número de esas bandas y sus miembros aún no logran precisarse en las investigaciones militares y policiales, aunque ya cinco están identificadas, dos de ellas en la provincia de Esmeraldas, que se presume están al servicio de carteles mexicanos del narcotráfico.

El trabajo del servicio secreto es paralelo a las reforzadas operaciones de control fronterizo que ejecutan miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía desde hace cincuenta días, cuando se registró el primer narcoatentado con coche bomba al destacamento policial en San Lorenzo. A él le han seguido tres ataques a patrullas militares en el sector El Pan y dos explosiones pequeñas, una en el perímetro del retén naval de Borbón y otra en un patrullero de la Policía Nacional.

El ministro de Defensa, Patricio Zambrano, dijo ayer, antes de ingresar a la reunión con el presidente Lenín Moreno, que se han hecho las evaluaciones y que seguirán trabajando con la inteligencia que tienen. Los agentes han sido sacados desde las unidades militares de diversas provincias del centro de la Costa y la Sierra.

En lo referente a los patrullajes, también se ha decidido hacer un replanteamiento de las operaciones y patrullajes fronterizos, en los que están involucrados más de 11.000 uniformados de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, más otro número menor de policías.

Tanto en la Marina como en el Ejército, el relevo de personal se lo está haciendo con elementos de unidades especiales, con entrenamientos en selva o áreas difíciles como son los esteros. También se han establecido retenes móviles y permanentes en rutas de accesos a poblados fronterizos, como El Pan (Esmeraldas), donde se registraron tres ataques a los uniformados, con un saldo de ocho militares heridos.

Áreas sensibles

Esmeraldas

Nadie puede circular sin documentos por la vía que conduce a las poblaciones de Mataje, Guadalito y El Pan, todas ubicadas en el norte del cantón San Lorenzo, en el límite de la frontera de Esmeraldas con Colombia. El control militar en esa zona es permanente.

Carchi

Los al menos 22 cruces de población en la frontera de la provincia de Carchi con el departamento colombiano de Nariño están bajo vigilancia permanente de los militares. La mirada está puesta en los ríos Mira y San Juan, que marcan el límite natural.

Sucumbíos

Los patrullajes militares se concentran en las vías de segundo y tercer orden de acceso a los sectores Santa Bárbara, La Bonita, en el occidente de Sucumbíos; Puerto Nuevo, San Rosa, Santa Elena y el cantón Putumayo, en el Oriente.