Plantear consulta para volver a la Constitucion de 1998
La creación de un Cpccs con inmensos poderes y atribuciones propias del Poder Legislativo, la difusión de organizaciones políticas en decenas de movimientos unipersonales, la concentración administrativa del Estado en detrimento de los gobiernos seccionales autónomos, son algunas de las disposiciones de la Asamblea de Montecristi que han afectado a la democracia en Ecuador.
Rafael Correa, quien provocó estos cambios diseñados por el autoproclamado Socialismo del siglo XXI, gobernó con el inmenso poder que le dio esta Constitución, sin controles efectivos que impidieran el autoritarismo y la corrupción que se instituyeron durante su administración.
Los numerosísimos candidatos que buscaron ejercer cargos en los gobiernos seccionales y la alta anulación de votos en el sufragio para miembros del quinto poder el domingo 24 de marzo, son indicativos de la urgente necesidad de aplicar cambios constitucionales.
Lo más práctico y conveniente para evitar autoritarismos presidenciales como el impuesto en el régimen anterior, es plantear una consulta ciudadana para regresar a la Constitución de 1998, la cual establecía una plena separación de poderes, propiciaba organismos independientes de control del Estado e impulsaba la descentralización administrativa del mismo.
Una consideración valiosa que se debería incluir en la consulta propuesta sería el establecimiento de una Cámara Alta en el Congreso Nacional, así funcionan la mayoría de democracias exitosas del mundo, y esa fue la tradición constitucional ecuatoriana hasta 1978. Este Senado debería contar con pocos miembros, entre 20 y 30 personas bien calificadas, que representen a las distintas regiones del país, asuman la nominación de jueces y autoridades de control del Estado, y actúen concertando entre los poderes Ejecutivo y Legislativo un equilibrado desarrollo nacional.
La actual coyuntura política hace propicio realizar estos importantes cambios constitucionales ahora, para lo cual es necesario abrir un breve pero efectivo debate nacional.
Benjamín Rosales Valenzuela