Perdonar las humillaciones

Sin duda que no hay nada mejor que perdonar las ofensas de nuestros semejantes para vivir en paz y armonía dentro de la sociedad. Por eso, como buenos cristianos perdonemos humillaciones, injurias o calumnias proferidas por ciertos seres que actúan de manera equivocada y dejemos que el todopoderoso con el amor infinito que tiene se encargue de hacerlos reflexionar, arrepentirse y cambiar, a fin de que sus mentes, corazones y procedimientos a partir de aquella transformación estén orientados a hacer el bien por encima de todas las cosas; porque donde impera la verdad, compasión y justicia siempre estará Dios.

Jhonny Muñoz