Emergencia. Los militares de la brigada Patria colaboran en la búsqueda de cadáveres entre los escombros.

Pedernales esta destruido

Richard Espinosa, presidente del directorio del instituto, inspeccionó las áreas donde se atenderá a las víctimas y dispuso que se suspendan las operaciones programadas para fin de semana. Esto para acelerar la atención de los afectados por el terremot

La población se agolpó frente a lo que quedó del edificio de la radio Tropical, en el barrio Virgen del Carmen, de Pedernales. Era una construcción de cinco pisos. Se fue al suelo atrapando a siete personas, entre ellas, la esposa y tres nietos de Marcelo Cepeda.

Él es el dueño de la emisora desde hace 15 años. El terremoto se llevó lo que más quería. “Estábamos viendo televisión y uno de mis nietos le pidió a mi mujer que le diera de comer”, contó entre lágrimas a EXPRESO. Fue lo último que recuerda antes de sentir el sismo de 7,8 grados.

Otros tres inquilinos también quedaron entre los escombros. Ayer, una pala mecánica removía el cemento mezclado con los enseres. Los hierros se doblaban mientras el metal de la máquina los retiraba en busca de los cadáveres. Después de una hora aparecieron dos cuerpos: el de un hombre y una mujer adultos. No eran los parientes de Cepeda.

Ayer, los habitantes de Pedernales que sobrevivieron al terremoto recorrían las zonas afectadas. En una casa, contaron, fallecieron una madre con sus tres hijos. Sus parientes usaban sus manos para retirar las piedras. Después de varias horas de trabajo, hallaron sus cuerpos llenos de polvo.

Pedernales es, tal vez, la población más golpeada por el terremoto. El alcalde de la localidad, Gabriel Alcívar, estimó en 400 el número de muertos. Lo dijo en horas de la mañana.

La población, además, necesita agua, alimentos y medicinas. La situación se torna más dramática porque, en muchas zonas, tampoco hay luz.

Ayer, durante todo el día rescatistas y miembros de los equipos de socorro ayudaban en las tareas de búsqueda de los desaparecidos. Las ambulancias recorrían las calles, en las veredas se veían los rastros de la desolación. Algunos de los sobrevivientes fueron llevados hasta el estadio local.

Muchos clamaban por una botella de agua. Otros deambulaban por las vías en busca de camionetas o camiones para llevar las escasas pertenencias a lugares más seguros.

Una de las esquinas del estadio de fútbol se destinó para la colocación de los cadáveres. Hasta las 16:30, 11 cuerpos reposaban debajo de una carpa. Estaban ahí para permitir a las personas reconocer a sus familiares. En menos de una hora, varios automóviles de socorristas y también particulares llegaron con cadáveres. Todos eran colocados en el piso.

Según José Serrano, ministro del Interior, las poblaciones de Pedernales, Jama, Canoa, Bahía de Caráquez, Manta y Portoviejo fueron denominadas las ‘zonas cero’.

Y contó que “solo en Pedernales se recuperó a 10 personas con vida. Lastimosamente 92 cuerpos sin vida se extrajeron. De ellos, 78 fueron reconocidos y retirados por familiares”.

Fabián Fuel, comandante de la Brigada de Fuerzas Especiales Patria, explicó que sus hombres llegaron desde el momento que se conoció de la noticia. El oficial precisó que al cantón manabita arribaron 340 miembros del grupo militar.

“La orden fue dirigirnos a este sector. En Portoviejo están otras brigadas. Las labores en las que vamos a colaborar es de búsqueda y rescate de víctimas”, indicó el alto mando.

El panorama es igualmente desolador en Manta. En la ciudad se han reportado, al menos, 35 fallecidos. Pobladores e integrantes de los cuerpos de socorro buscaban, ayer, a posibles sobrevivientes entre los escombros.

Y los ‘milagros’. De los restos de casas, hoteles e incluso un centro comercial, fue rescatado un niño. Más tarde, los bomberos de Quito, sacaron con vida a una mujer, de 40 años, en el sector Tarqui. 18 personas fueron encontradas con vida en lo que quedaba del hotel Miami.

Brigadas de la policía, con canes amaestrados, militares, los bomberos de Guayaquil y Quito recorrieron la ciudad. Tenían, además, la misión de inspeccionar las edificaciones.

En la ciudad, caracterizada por su importante estructura turística, los daños son visibles. Ocho hoteles fueron destruidos. El segundo piso del Centro Comercial Tarqui se vino abajo. Los escombros destrozaron varios automóviles.

“Necesitamos agua, kits de aseo, colchones. Estamos a la deriva. Nos sentimos damnificados”, dijo un poblador del barrio Tarqui.