Carlos Hidalgo. Nunca le faltó garra. El volante, quien destacó a fines de los 90 y la primera década del 2000, no daba un balón por perdido. Fue bicampeón con Emelec y también logró cetros con Dep. Cuenca y El Nacional.

Pecho frio, pecho caliente

Hay jugadores que marcan un gol al minuto 93, con un partido cerrado, ante una férrea defensa y en un estadio lleno, propio de una final.

Hay jugadores que marcan un gol al minuto 93, con un partido cerrado, ante una férrea defensa y en un estadio lleno, propio de una final. Otros hacen tres goles, todos en el primer tiempo, frente a un rival débil y con un marco de público regular.

Ambos son valiosos, pero uno de ellos con carácter puede suplir una deficiencia técnica. El otro ni con toda su sapiencia con la pelota puede llenar ese vacío que se llama garra, que va ligado con el temperamento.

El primero es llamado ‘pecho caliente’, ese que las pelea todas, que no se esconde ante la adversidad; mientras que el segundo es más conocido como ‘pecho frío’, ese jugador de una amplia capacidad futbolística pero al que le cuesta mostrarla cuando el nivel de exigencia va más allá de lo deportivo y se necesita más que meterla al arco para ganar.

¿Pero cuál es el origen del calificativo ‘pecho frío’? Con exactitud se desconoce, pero los registros indican que el primero en usarlo fue el entrenador argentino Jorge ‘Indio’ Solari, quien dirigió a Barcelona de Ecuador (2002-2003-2004). En 1987 era técnico de Newell’s Old Boys y reclamó aliento a sus hinchas. “A este equipo no se le puede pedir más, lo deja todo. A los que sí hay que pedirles más es a los de la popular, son unos pechos fríos. Y si en vez de insultar cuando nos jugábamos un campeonato hubiesen alentado, seríamos los campeones por seis o siete puntos”.

Tras eso, de manera espontánea se generó un nexo. Si los hinchas no aparecen cuando más se los necesita, hay futbolistas que tampoco. Es posible ser calificado como el mejor jugador del mundo y a la vez ‘pecho frío’, como ha pasado con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, quienes han sido cuestionados por ‘borrarse’ en finales. Esa es la constante asignatura pendiente de ‘Lio’ con la selección argentina. Incluso Diego Maradona lo acusó de “no tener personalidad”. El astro del Barça aún no gana un título en mayores con la Albiceleste.

‘CR7’, por su parte, tampoco ha rendido en las finales con Real Madrid. En las dos últimas Champions ganadas por los merengues no gravitó, más allá de marcar dos goles de penal: el primero en un partido resuelto ante el Atlético de Madrid y el otro en la tanda ante este mismo rival.

Si a estas estrellas del fútbol en ocasiones las han llamado ‘pecho frío’, un aguerrido exjugador italiano como Franco Baresi es uno de los más calificados para definir a un ‘pecho caliente’. “(Carles) Puyol pone la cara donde a cualquier otro le daría miedo meter el pie”, dijo la recordada figura del AC Milan para describir al otrora zaguero del Barcelona.

‘Pechos fríos ‘ y ‘pechos calientes’ forman el equilibrio. A fin de cuentas, el balompié es garra y técnica. Si no se tienen en un solo jugador, por algo son un equipo. El uno llena la carencia del otro. JSN

EL ESPECIALISTA

FRUSTRACIÓN Y CONFORMISMO

“Es importante decir que no existe el jugador ‘pecho frío’ como tal. Lo que sí existe es el jugador frustrado, enojado, contrariado, abstraído por algún problema en particular. Si un jugador tiene alguna contrariedad con algún dirigente, no lo va a exteriorizar porque esas cosas no se hablan; pero estas situaciones equivalen a un balde de agua que le echan. Puede ocurrir cuando son inmaduros y sienten que han cumplido todas sus metas y estas son muy escasas, sencillamente ya no luchan más y están conformes con poco”.

TEMPERAMENTO Y ADRENALINA

“Cuando la persona está enfocada en su objetivo juega con todo y no se guarda nada. Pasa por el temperamento del jugador, tiene mucho que ver con la adrenalina y la química de la persona. La motivación también juega un rol importante en este punto. Consiste en moverse con base en ideales, metas y objetivos. También tiene que ver con el contexto cultural de donde proviene. Está comprobado que los futbolistas con más hambre de gloria y necesidades tienden a rendir más, ponen más entrega”.

EN ECUADOR

Carlos Hidalgo

Nunca le faltó garra. El volante, quien destacó a fines de los 90 y la primera década del 2000, no daba un balón por perdido. Fue bicampeón con Emelec y también logró cetros con Dep. Cuenca y El Nacional.

David Quiroz

De buena pegada y muy técnico, el mediocampista fue dos veces campeón con El Nacional, aunque su carrera se esfumó poco a poco. Con más entrega, habría alcanzado más cosas.

INTERNACIONAL

Diego Maradona

El exfutbolista argentino es considerado uno de los mejores jugadores de la historia. Campeón del mundo en México 86, no solo lideraba con su juego, sino también con su carácter.

Román Riquelme

El otrora astro de Boca Juniors tenía un talento único con los pies. Sus toques de balón eran pinceladas, pero en la selección argentina no destacó. Para muchos, le faltaba temperamento.