Aqui no paso nada

880 denuncias de abusos a niños en sus colegios, y aquí no pasó nada. Este lunes esperé la decisión del CAL. No siempre lo hago. Pero esta vez la posibilidad de llevar a cabo el juicio político más importante del país, me tenía expectante. “No había evidencia suficiente”. Aquí no pasó nada.

¿No hay evidencia suficiente de una mala gestión? ¿No hay evidencia suficiente de irresponsabilidad? 30 casos de violaciones no son suficientes. A tal punto que Espinosa lidera la comisión de la educación en la Asamblea. Al parecer, durante su gestión como ministro se inauguraron escuelas del milenio con tecnología de punta. Y nada más. Porque ¡aquí no pasó nada! Cuando pienso en mi indignación y desesperanza, imagino lo que sentirán los padres de familia involucrados. Y me doy cuenta que la impunidad es un insulto.

Por más doloroso que sea, si estuviéramos hablando de un caso aislado, se podría entender que hubo una falla en el sistema, y no del sistema. Si estuviéramos hablando de un caso aislado, no de 900. Por lo tanto: ¡No! Sr. Serrano, no es suficiente liderar “el pedido de denuncias penales para el enjuiciamiento a los responsables de abusos sexuales”. Este no es momento de brillar ante las cámaras, poniendo tras las rejas a enfermos mentales. Eso es lo mínimo. Asambleístas: si no se erradica la prohibición a los maestros de dar declaraciones a los medios; si no se incrementa el presupuesto para la capacitación a maestros y la realización de pruebas psicométricas, aquí no habrá pasado nada. Y los números seguirán aumentando. Números que son niños, ¡y aquí no pasó nada!

¿No llenamos las calles exigiendo que con nuestros niños no se metan? Dejamos a los padres solos en las cortes, cuando más necesitan sentirse acompañados. Dice mucho de nosotros como sociedad qué causas elegimos luchar.

Aquí no pasó nada. Solo para los niños. Aquí no pasó nada. Solo para las madres, que estarán pendientes si su hijo habla menos, o si tiene moretones. Porque no es nuestra realidad, aquí no pasó nada, porque los niños tienen una voz baja, y para oírla tenemos que hacer silencio.