Retirada. Ayer, varios operarios de la entidad pública quitaron las señales colocadas hace quince días en la vía.

Parqueos de ida y vuelta

Llegaron raudos, en un camión de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM).

Llegaron raudos, en un camión de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM). Y apenas necesitaron una hora para retirar las diez señales que, desde hacía dos semanas, marcaban la prohibición de estacionar de 07:00 a 19:00 en la avenida Primera de Los Ceibos, también conocida como la José Rubira Ramos.

Llegaron raudos, en un camión de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM). Y apenas necesitaron una hora para retirar las diez señales que, desde hacía dos semanas, marcaban la prohibición de estacionar de 07:00 a 19:00 en la avenida Primera de Los Ceibos, también conocida como la José Rubira Ramos.

Atrincherada tras las verjas de su ferretería, Montserrat Ayala observaba ufana cómo los operarios desatornillaban los letreros regados por la carretera, paralela a la avenida del Bombero, de dos carriles y sentido único. “Me parece excelente el paso que ha dado la ATM. Ha hecho lo que debía”, comentó a EXPRESO esta empresaria y residente. “Es un triunfo para la comunidad. Necesitábamos que nos permitieran dejar los autos como antes”, apostilló Carlos Albán, otro comerciante del lugar.

Tras incontables gestiones y entrevistas con representantes de la entidad pública, el comité vecinal había conseguido su objetivo: que la ATM levantara la restricción, recogida en los planos diseñados hace año y medio para acometer la regeneración de la calle. Ahora, los moradores podrán parquear de nuevo enfrente de sus hogares y negocios, en el carril derecho.

Adolfo Klaere, presidente del colectivo y director ejecutivo en 1992 de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), se sentía satisfecho y definía la disposición como un primer paso para preservar el carácter residencial de la ciudadela, minimizar el flujo de buses y tráileres en la avenida y evitar su transformación en una vía de servicio. Pero prefería usar palabras mesuradas y no colgarse medallas. Él se encarga de lidiar a diario con las instituciones y sabe que para cosechar pequeños éxitos a menudo le toca ser conciliador.

“No lo considero una victoria porque no estamos en guerra. Y no solo debemos ser exigentes con las autoridades. También debemos ser participativos. Por eso hemos enviado una circular a los vecinos para que se conciencien y recuerden que no pueden estacionar en las veredas. Vamos a estar vigilantes”, destacó a este Diario, el primero en hacerse eco del conflicto suscitado por la prohibición parcial aplicada a principios de mes.

Con esta decisión, la ATM quiso mostrarse “comprensiva” tras haber escuchado los reclamos de los afectados. Eso sí, Freddy Granda, jefe de Planificación de Tránsito, subrayó que la medida continuará vigente siempre y cuando no se produzcan congestionamientos y los vecinos, además de no subir sus vehículos a las aceras, no provoquen dobles columnas ni hagan cargas y descargas: “Si la fluidez se ve afectada, habrá que volver a lo anterior. Por eso pedimos a los moradores que tengan comprensión y que respeten las normas”.

Ahora, Klaere debe enfrentarse a otro problema. Teme que los taxis y negocios informales proliferen “sin control” alrededor del nuevo hospital del IESS; que Los Ceibos se convierta en una zona comercial y de paso, con demasiada afluencia de vehículos; que el desarrollo urbanístico continúe imparable, “sin estudios” precisos. Por eso reclama que las autoridades competentes presenten ya un informe sobre el impacto vial ocasionado por la casa de salud.

“Todavía no se han planteado soluciones. Necesitamos conocer el verdadero volumen de tránsito que va a haber para que se desarrollen las obras precisas y esto no se convierta en un caos”, sentencia.

Propuestas

Adolfo Klaere sugiere varias soluciones para aligerar el tránsito cuando el hospital esté operativo: crear un retorno junto a la urbanización Senderos, ampliar la calzada en la intersección de la avenida del Bombero y la José Rodríguez Bonín o construir una vía alterna detrás de la casa de salud.