El país rezó por las víctimas del terremoto

El pais rezo por las victimas del terremoto

Tiempo de fe. En varios puntos del país se recordó a las víctimas del terremoto de la semana pasada. Rezos, cánticos y buenos deseos colmaron las congregaciones ciudadanas.

Tiempo de fe. En varios puntos del país se recordó a las víctimas del terremoto de la semana pasada. Rezos, cánticos y buenos deseos colmaron las congregaciones ciudadanas.

En Guayaquil, por ejemplo, todas las misas del fin de semana, desde la mañana a la noche, fueron dedicadas a los afectados por el sismo. En la iglesia San Francisco, en la noche del sábado, hubo un especial llamado a orar por las víctimas, por la fortaleza del pueblo para sobrellevar este momento y para que las autoridades dejen de lado cualquier desencuentro político y se unan para sacar el país adelante. Lo mismo en otras iglesias del centro de la ciudad.

En Quito se cumplió un acto masivo convocado por el alcalde Mauricio Rodas. En redes sociales, el político pidió más colaboraciones para los pobladores de Manabí y el sur de Esmeraldas. La capital se ha movido constantemente por esta causa.

Un minuto de silencio, flores y velas encendidas. Fue el homenaje que los quiteños rindieron a los fallecidos, heridos y damnificados.

Una semana después, cuando el reloj marcaba las 18:58, el momento justo del terremoto, el arzobispo de Quito y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), Fausto Trávez, pidió a los presentes, en la ‘Cruz del Papa’ del parque La Carolina (centro norte de la ciudad), que orasen en silencio durante un minuto.

El sacerdote estuvo en las zonas de impacto. Trávez, con micrófono en mano, contó sus vivencias en los recorridos por pequeños pueblos “arrasados completamente”. Dijo, que el terremoto los dejó sin “nada”.

La iglesia de Bahía de Caráquez contó como un ejemplo; se convirtió en cocina, comedor, enfermería y dormitorio de los más necesitados. “Ellos tenían el rostro sin gesticular, yo digo, como una estatua mal hecha. Ni siquiera lloraban porque jamás se imaginaron que eso iba a suceder”, relató.

En Canoa la iglesia se cayó, contó, pero muchas imágenes religiosas permanecieron en pie. Una situación que despertó la fe.

En Jama, dijo, vio una escena conmovedora: “maquinaria, ejército, policía y obreros trataban de levantar dos losas pegadas una sobre otra. El primer piso no se había caído, el segundo y tercero sí. Las dos losas aplastaban a una chica de 16 años” que quedó atrapada cuando intentaba ayudar a su abuela, comentó.

Hombres, mujeres y varios niños presentes en el homenaje lloraron al escuchar que el cura vio a tres hermanos de 14, 12 y ocho años que perdieron a sus padres y su casa.

Trávez hizo un llamado para que continúen las donaciones porque esos niños, como el resto de damnificados, no necesitan compasión: “Nadie vive de tus lágrimas, vive de tu ayuda”, subrayó.

Trávez, que estaba junto al alcalde y su esposa, María Fernanda Pacheco, se unió en oración con los asistentes, mientras a pocos pasos, manos anónimas y voluntarias, seguían clasificando las donaciones.

Flores, velas encendidas y una bandera del país levantaron los asistentes cuando se escucharon las notas del Himno Nacional. Así terminó el homenaje de la capital para los menos favorecidos de la Costa.

En Santa Rosa (Santa Elena), en cambio, se realizó una misa campal. Los asistentes agradecieron porque sus hogares tuvieron afectaciones menores pese a estar cerca de las áreas de mayor peligro.