El pais que nos queda

El régimen que fenece deja al país en un inocultable estado de descomposición. Hay una crisis institucional evidente, una crisis económica con horrorosas secuelas y una ética republicana muy venida a menos. Los casos, a través de los que se expresan esos vacíos, son múltiples. Hechos de corrupción en todos los niveles: grandes negociados como el de la repotenciación de la refinería de Esmeraldas, en el que las cabezas más importantes han huido o son protegidas por el entramado judicial que se maneja con un dispositivo de piolas desde Carondelet; o como el de las obras previas para la construcción de la refinería El Aromo, a costos inconmensurables; o como el del mantenimiento del exvicepresidente de la República y ahora candidato a la presidencia, en una misión difusa que nos ha costado a todos una suma millonaria.

El manejo económico, además de desatinado, ha sido una sucesión de dispendios. Este Gobierno ha endeudado al país como ningún otro desde que regresamos a la democracia en 1979; ha escondido rubros, como los recibidos de China, a los que ha calificado de inversión; ha prendado el oro a un consorcio financiero norteamericano y ha emitido, sin control, papeles con intereses altísimos, que tenemos que pagarlos en un corto plazo.

Para atender la demagogia y el ofertismo, en los que asentó su lógica “revolucionaria”, ha dejado en una quiebra sin precedentes al IESS, ha tomado los fondos privados que igualmente suman miles de millones de dólares y ha convertido al Banco Central en un instrumento que le permite sacar, de donde quiera, y sin considerar el costo social que ello ocasione, los recursos para costear esa alocada carrera de repartir por aquí y por allá, con tal de que ello le permita ganarse voluntades y tener votos.

La institucionalidad también ha sufrido un duro golpe. Un Ejecutivo que actúa al unísono, un Legislativo que solo alza la mano, una Función Judicial que castiga a los que denuncian y no a quienes cometen el delito.

¿Queremos continuar así? ¿Queremos otro harakiri?

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