El mismo día en el que Correa se había enzarzado en sus acostumbradas críticas tuiteras contra el presidente Moreno, la secretaria de PAIS, Gabriela Rivadeneira, colgó esta posta: donde ambos comparten con la cúpula del partido. El pie de foto rezaba: “Ju

PAIS lleva al partido a terapia

Ya no queda espacio en el colgador para mantener los trapos sucios dentro de casa. Alianza PAIS ha visto, en 20 días de su nuevo Gobierno, las dificultades de la bicefalia, alimentadas en doble vía: por el lento y progresivo distanciamiento de Lenín Mo

Ya no queda espacio en el colgador para mantener los trapos sucios dentro de casa. Alianza PAIS ha visto, en 20 días de su nuevo Gobierno, las dificultades de la bicefalia, alimentadas en doble vía: por el lento y progresivo distanciamiento de Lenín Moreno con su antecesor y por la compulsiva y cada vez más frecuente manía tuitera de Rafael Correa. Tres semanas después del cambio de mando, el movimiento se vuelca a un proceso de diálogo interno.

La convocatoria PAIS hace un llamado a “todos los militantes”, con especial énfasis en la necesidad de inclusión de sus facciones, para generar un denominado “Mandato militante”, que aclare la vía de tránsito para un partido que hoy, innegablemente, tiene dos miradas. La terapia de partido, aludiendo al diálogo interno, es una clara reacción ante semanas de incómodos choques de opinión, dentro de una misma organización.

La iniciativa está firmada por la secretaria ejecutiva, Gabriela Rivadeneira, quien nada más escenificada la transición puso por escrito por primera vez el doble dilema de su movimiento en su primer comunicado a los militantes: “Los invito a seguir cuidando el legado de Rafael Correa y sosteniendo e impulsando el Gobierno de Lenín Moreno”. Dos tareas claramente simultáneas pero dudosamente sostenibles.

En los últimos 20 días, Moreno ha firmado al menos una decena de golpes de timón que van desde la eliminación de las sabatinas hasta el espaldarazo a la seguridad militar y policial para altos funcionarios, un día antes de que la mayoría de su partido se allane a la iniciativa que, en sentido contrario, firmó su antecesor.

Con este ritmo -un distanciamiento cada dos días, en promedio- son pocas las voces en PAIS que no han notado la lenta conformación de facciones, un hecho apuntado por este Diario ante la primera brecha públicamente abierta por Correa, días atrás, cuando acusó la iniciativa anticorrupción de Moreno por “claudicar” en lo relacionado a la soberanía e institucionalidad.

La militancia de PAIS, acostumbrada al mantra de la no confrontación pública, se ha volcado en este contexto a la contención, amparada en la foto salvavidas que, el domingo por la noche, pocas horas después de que Correa acusara a su partido de “callar” ante un progresivo distanciamiento de su legado, colgó la cúpula del movimiento: el selfi viral del abrazo grupal y la sonrisa que parece decir que allí no pasa nada. Aun cuando nadie lo hubiera preguntado.

Correa carga contra el reformismo

El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, que creó el correísmo para la designación de las autoridades de control, fue defendido ayer por el expresidente Rafael Correa, un día después de que su partido en la Asamblea llamara a los representantes de la quinta función del Estado a comparecer.

Correa defendió el modelo y cargó contra las ansias reformistas, asegurando que “las autoridades ya no son designadas a dedo”.