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El poder de la oratoria

desde tiempos antiguos, los grandes oradores siempre fueron los mejores candidatos, los más aplaudidos y votados. Siglos después esa tesis bien reconocida por los historiadores modernos se fortalece y rejuvenece en la era de la comunicación, Internet ... El magnetismo del buen hablar, seductor y amenazante, puede contrarrestar incluso falencias y dolencias estratégicas de una campaña electoral moderna. Los grandes conductores de hombres, en los escenarios políticos como arquitectos de los destinos de todos, surcan los espacios electorales con evidente autoridad moral, y estatura de estadistas. La mayoría de los políticos modernos, prestan muy poca atención a la oratoria como arma de seducción de masas.

Héctor Igonet Céspedes