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Oh, Jerusalem

Desde que el presidente Donald Trump anunciara su decisión de trasladar la embajada de EE. UU. en Israel, de Tel Aviv hasta Jerusalén, la mayor parte de los líderes mundiales la han mirado como un acto de provocación que perjudicará más que acelerará, el lentísimo y tantas veces suspendido proceso de negociación de paz entre israelíes y palestinos. Pues el Estado de Israel, creado el 14 de mayo de 1948, luego que la asamblea general de la ONU aprobara el 29 de noviembre del año anterior un “plan de partición de Palestina”, entonces bajo administración británica, contra la oposición de los países árabes limítrofes, para dar cabida en esa región a la diáspora judía regada por el mundo y a la creación de un Estado judío junto a un Estado árabe palestino, tiene como su capital a Jerusalén, aunque su centro y eje administrativo se halle en Tel-Aviv.

La creación y deslindamiento de un futuro Estado Palestino sobre territorio palestino en la mayor parte ocupado por Israel a raíz de la guerra de los Seis Días en 1967, se prevé que tendría como su capital a la misma ciudad de Jerusalén, de hecho ya dividida y ocupada por el ejército israelí que se apoderó de los barrios árabes que constituían la ciudad vieja. De donde, la antigua ciudad de Jerusalén, sería en una parte capital del Estado Palestino y en la otra capital del Estado israelita. Eso es posible. El presidente francés Macron lo ha dicho en conversación telefónica con Trump, recordándole que “la cuestión de Jerusalén deberá ser regulada en el marco de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos como dos Estados para que vivan juntos en paz y en seguridad con Jerusalén como capital”.

Sin embargo, el líder palestino Mahmud Abas, le advirtió a Trump de las “peligrosas consecuencias de tal decisión sobre el proceso de paz, la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo”. El presidente turco Recept Erdogan, ha señalado que el estatuto de Jerusalén es una “línea roja para los musulmanes”, amenazando con suspender los lazos diplomáticos de Turquía con Israel, y convocará una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica en Estambul si Washington reconoce a Jerusalén como capital israelí.

Trump intenta implantar el estilo de su gobierno en el ámbito internacional, mas no funciona como en el mundo de los negocios. El aprendizaje no termina nunca.