La justificación es la salud preventiva. Eso arguye el oficialismo para sostener el edificio de los nuevos impuestos del Ejecutivo.

El proyecto de Ley de Equilibrio de las Finanzas, que se analiza desde ayer en la Comisión de Régimen Económico, compila siete tributos. En el texto a estos incentivos se los llama: cambios al comportamiento, corrección de abusos y excesos en los beneficios tributarios, redistribución y prevención del fraude.

El movimiento gubernamental y la oposición escucharon la explicación sobre las bondades de la propuesta en las comparecencias de los funcionarios. El director del Servicio de Rentas Internas (SRI), Leonardo Orlando, por ejemplo, ratificó que la iniciativa generará 335 millones de dólares en 2016 y 492 millones en 2017.

Contó otros beneficios: “disminuirá hasta 2 puntos el IVA con medios electrónicos para estimular el consumo nacional”. También la devolución hasta el 10 % de las cuotas del régimen impositivo simplificado ecuatoriano (RISE), canceladas en dinero electrónico. “Todas las telefónicas pagarán el 15 % del impuesto a los consumos especiales (ICE)”, dijo.

Pero la oposición contradijo la argumentación. “Esto se cae de burdo, si se piensa en la salud de los ecuatorianos ¿cuál es la relación con gravar las tarifas telefónicas?”, subrayó a EXPRESO el legislador independiente, Ramiro Aguilar.

Según él, hay contracción del circulante, “esto es como arrojarse al abismo. Es recaudatorio y abusivo, evidencia una crisis fiscal que Correa no sabe cómo resolver”, sentenció.

Rodrigo Landeta, gerente subrogante del Banco Central, habló del dinero electrónico. Hay, señaló, 56.572 cuentas activas y se hicieron 7.508 cobros. Sin embargo, este fin de semana se crearon 450 cuentas nuevas, explicó.

La viceministra de Finanzas, Madeleine Abarca, justificó la intervención en las cuentas de los gobiernos locales. “El Gobierno no puede asumir ingresos que no hay”, dijo.