Imagen referencial. Exportaciones en Ecuador

El objetivo es recuperar el tiempo que se perdio

La relación política y comercial con Estados Unidos preocupa a los asambleístas. El nuevo embajador ‘da confianza’.

Es otra factura pendiente. El Gobierno de la autodenominada revolución ciudadana dejó una sensación agridulce en su política exterior, según expertos y asambleístas. La buena noticia, dicen, es que el nuevo embajador de Ecuador en Estados Unidos es un mensaje positivo y una señal de “cambio”.

Francisco Carrión tiene luz verde del Gobierno de Donald Trump para ser el representante de Ecuador. Él tiene 23 años de carrera diplomática, fue canciller y embajador en las Naciones Unidas. Dejó ese cargo en 2011 por diferencias con el expresidente Rafael Correa.

Es precisamente esa diferencia de criterios la que motiva a los detractores del Gobierno anterior. Héctor Yépez, asambleísta de SUMA por Guayas, cree que hay una oportunidad a la vista y debe ser aprovechada. En conversación con EXPRESO el legislador comentó que no se puede descuidar al principal socio comercial del Ecuador. Algo que, de a poco, se hizo en la década pasada.

Lo demuestran las cifras. La falta de un acuerdo comercial redujo las exportaciones a Estados Unidos. Incluso las importaciones se vieron afectadas por la relación bilateral tensa. (ver cuadro).

Carrión dijo el viernes, que a su criterio se desperdició la apertura que dio el Gobierno de Barack Obama. Ahora, explicó en un canal de televisión, el reto es “generar confianza”.

También destacó que el tema de Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres, deberá ser abordado. Todo, sobre la base del respeto mutuo y con los principios de la política internacional como eje central.

Ese mensaje tranquiliza a la oposición. En la Asamblea se cuestionó el nombramiento inicial del exsecretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, para la embajada en Estados Unidos. Esa postulación no trascendió.

Héctor Muñoz, asambleísta de SUMA, contó que al tratar temas sensibles bajo la dirección de un experto se facilitará el camino para nuevos proyectos bilaterales. Un acuerdo comercial, por ejemplo, ayudaría para dejar de depender de beneficios unilaterales como el Sistema General de Preferencias (SGP).