Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Nuevos ricos aparecen en Cuba

En Cuba, la apertura de la economía a los negocios privados permitió el florecimiento de una clase holgada, que empieza a llamar la atención en un país donde los signos externos de riqueza estuvieron reservados por años a un puñado de privilegiados.

Hasta hace poco, solo una pequeña élite compuesta por militares, dirigentes de empresas estatales, trabajadores del turismo o artistas podía permitirse el lujo de ostentar sus riquezas, como un automóvil o ropa de marca.

Pero hoy, una nueva clase adinerada frecuenta los restaurantes y bares en boga en los barrios chics de la capital cubana, destacándose entre elegantes diplomáticos y hombres de negocios.

Esto “se ha visto mucho más claro en los últimos cuatro o cinco años. Se disparó con la apertura al ‘cuentapropismo’ (trabajo privado)”, explica la psicóloga Daybell Pañellas, autora de múltiples estudios sobre ese tema.

“Cada día vemos más cubanos consumiendo (...). Hay más personas que ejercen actividades económicas por su cuenta e imagino que eso les da la posibilidad de poder consumir en lugares ostentosos”, declara Ernesto Blanco, de 47 años y propietario de La Fontana, restaurante de moda en La Habana que recibió recientemente a la cantante Rihanna.

Con su apertura sin precedentes a la iniciativa privada, las reformas lanzadas por Raúl Castro en 2008 han permitido que algunos cubanos aumenten sus ingresos. Entre ellos, son los dueños de restaurantes, mecánicos, propietarios de casas de alquiler y emprendedores del sector de la construcción los que obtienen los mayores ingresos, agrega Pañellas.

“El hecho de tener tu propio negocio te hace tener una entrada muy diferente del cubano normal (promedio). El restaurante nos ha permitido vivir mucho más confortablemente”, afirma Blanco.

Sin embargo, prefiere no dar detalles sobre sus ingresos, pues el pudor sigue siendo la norma en el país de la igualdad social. Raúl, taxista privado de 36 años, admite que ese trabajo “mejoró un poco la vida”, le “permite consumir cosas un poco más caras” y viajar más.

Sentado en un “paladar” junto con su esposa, cuyos movimientos hacen tintinar sus múltiples pulseras de oro, el taxista también se resiste a ahondar en su nivel de vida.

Algunos esperan que caiga la noche para sacar sus compras del baúl del auto, para no exponerse a la envidia de sus vecinos o a los pedidos que la vergüenza hace difícil rechazar, dice la psicóloga.

La falta de estadísticas hace difícil definir el perfil de los “nuevos ricos”, toda vez que junto con los “cuentapropistas” comienzan a aparecer los ases del mercado negro, los exiliados que regresan (como los autorizados por el Gobierno en 2013) y los cubanos que se benefician de sustanciales envíos de dinero desde el exterior.

Aunque su alcance es limitado y sus niveles de riqueza están aún lejos de los estándares de los más ricos en América Latina, la llegada de esta nueva clase plantea la cuestión de una eventual crisis de valores en esta isla comunista, donde el salario básico no supera los $ 20.

“Nosotros no hemos perdido todavía nuestra solidaridad, nuestros valores sociales, pero (al mismo tiempo) más personas también constatan que sin dinero, hay muchos accesos que están limitados (...). Esto es ambivalente”, admite Pañellas.

José Raúl Colomé, propietario del restaurante privado Starbien, ubicado en el barrio del Vedado, próximo al centro de La Habana, y que recibe diariamente a 120 clientes, se juega la carta de la solidaridad vecinal para evitar enemistades y la codicia.

“Lo que hacemos es ayudar a los vecinos en la medida de lo posible, de manera que el impacto no sea negativo”, explica el hombre. Y a los eventuales pedigüeños, Colomé dice que les propone un trabajo... cuando es posible.

Deshielo

Se activan vuelos regulares

Estados Unidos y Cuba dieron ayer un nuevo paso en su acercamiento, al autorizar nada menos que 110 vuelos regulares diarios a la isla, que llevaban suspendidos 53 años.

El memorando de entendimiento fue suscrito en La Habana por el secretario de Transporte, Anthony Foxx, el secretario de Estado asistente, Charles Rivkin, por Estados Unidos; y el titular de Transporte, Adel Izquierdo, y el presidente de la Aeronáutica Civil, Alfredo Cordero, por Cuba.

“Este acuerdo significa más que solo el comienzo de nuestra relación de aviación civil, representa un hito de significación crítica a los esfuerzos de los Estados Unidos por tener un diálogo con Cuba y normalizar las relaciones, como se lo propuso el presidente (Barack) Obama hace solo 14 meses”, dijo Foxx.

Consideró que “el inicio de los vuelos comerciales da fe de que sigue en pie nuestro compromiso de fortalecer los lazos”.

Por su parte, Izquierdo afirmó que el memorando “contribuirá al avance de los nexos entre los dos países”

El documento negociado prevé la autorización de vuelos regulares “entre cualquier ciudad de Estados Unidos y cualquier ciudad en Cuba”, siempre que esté dotada de infraestructura para vuelos internacionales.