Innovación. Escolares participando en una clase que aplica el método Jump Math.

La nueva forma de aprender matematicas

El método español Jump Math está a prueba en Chile para mejorar los pobres resultados de esta asignatura en la región.

Marco Osses reconoce que le cuestan las matemáticas. “Tengo que dedicarle el doble de tiempo que a otras asignaturas. Hace poco lo hablaba con otros compañeros y para muchos son un infierno”. Pero algo ha cambiado este curso en el modo de enseñar esta materia en su colegio. Las afronta de forma totalmente distinta. Y sus alumnos también.

Osses es un veterano profesor generalista de primaria en el colegio público Reyes Católicos de Santiago de Chile, un centro con 270 alumnos de los cuales 104 están catalogados como de especial vulnerabilidad. La gran mayoría de estos son inmigrantes que han llegado desde todos los rincones de Latinoamérica, y algunos de más allá.

El método que estrenaron a principios de este curso (que en Chile está a punto de terminar) en el tercero de primaria, del que es responsable, se llama Jump Math. El sistema fue inventado por el matemático canadiense John Mighton y ha conseguido varios premios internacionales de innovación educativa.

Se basa en enseñar la materia de una forma lúdica y participativa. Los alumnos primero aprenden el porqué de un resultado y después cómo hacer la operación. “Van internalizando fundamentos, no es un proceso mecánico”, cuenta Anabella Román, profesora diferencial del colegio Reyes Católicos.

Allí ha llegado como prueba piloto a través de la empresa española UpSocial, que lleva cinco años usándolo en España. “Este año han comenzado un primero básico y un tercero. El año que viene seguirán esos mismos alumnos. Cuando terminen podremos comparar los resultados que obtienen con los grupos de control de los mismos centros y así ver si es posible expandirlo a más escuelas y a más países”, explica Carolina Carrasco, especialista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ha financiado e impulsado este desembarco de Jump Math en Chile.

Aunque el país es el que mejores resultados saca en las pruebas PISA, casi la mitad de los alumnos no logran las competencias básicas en matemáticas, un porcentaje que se dispara en Colombia o República Dominicana. En UpSocial aprovecharon que los materiales ya estaban en español para usarlos en Chile, en lo que pretenden que sea el primer paso para expandirse por la región.

Miquel de Paladella, CEO de la empresa, explica que la idea es ver cómo funciona y tratar de ampliar el proyecto manteniéndolo sostenible. “En algunos lugares se vende todo el programa, con la preparación de los profesores y los materiales. En otros puede monetizarse por la venta de los libros”, explica.

Con el espíritu de una compañía social (en la que el mayor objetivo no es el beneficio, sino el impacto), también usan lo que llaman “subsidio cruzado”: consiste en que el 90 % de los usuarios más pudientes sufraguen al 10 % de los que menos tienen. Para los primeros en España los libros cuestan 35 euros, mientras que para los segundos 5 euros.

Hasta el momento, los resultados preliminares del método desarrollado en Chile son prometedores. Ruth Cisterna, jefa de la Unidad Técnica Pedagógica del Reyes Católicos, define el programa como “espectacular”. Los alumnos de la prueba piloto hicieron unos exámenes que demostraron que, a pesar de que no hay muchos que sobresalgan, la mayoría de ellos sí consiguieron llegar a los “logros intermedios”. “En otros cursos, el 90 % de los chicos no superan los iniciales”, especifica. Es decir, casi toda la clase va a un ritmo similar y son muy pocos los que se quedan atrás.

¿Cómo se consigue esto? “La estructura de la clase es distinta”, contesta Carlos Sánchez, que está desplegando el programa en Chile. “Se usan juegos para que los niños vayan agilizando el cálculo mental desde pequeños”.

Todo ello está orientado al descubrimiento guiado: el docente aquí no se dedica a poner en la pizarra los problemas, resolverlos y decir que esto se hace así. Cambia su rol para convertirse en un guía que va lanzando preguntas y retos.

Este profesor obliga a que los alumnos bajo su responsabilidad estén más atentos porque son, fundamentalmente, los partícipes de este aprendizaje. “No hay clase sin ellos”, resume.

México: ¿Cómo reducir la deserción escolar?

En México en 2009 el Programa de Inclusión Social ‘Prospera’ modificó la estructura de sus becas educativas para los niños de las ciudades. En un 40 % de las localidades urbanas del país eliminó este apoyo para la primaria y aumentó un 25 % la cuantía de las que se entregarían a los alumnos que están en los seis cursos posteriores a este ciclo, lo que en México se llama secundaria y preparatoria. El ajuste de la cantidad a entregar se efectuó de manera que no afectara los presupuestos totales del programa.

Un estudio del BID encontró que, en comparación con los estudiantes que siguieron el esquema de becas tradicionales, los alumnos que se beneficiaron de esta medida innovadora mostraron tasas inferiores de abandono escolar y también hubo un aumento de 33,5 % en la tasa de graduación del bachillerato. El País