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Negocios educativos

Sembrar para el futuro es apostar a la educación. No hay país desarrollado que no haya apuntalado su crecimiento, sus nuevas industrias, sus esperanzas de crecimiento en tener un sistema educativo que garantice mejores mentes, ideas, innovaciones y profesionales nacionales capacitados. Algunos, como España, incluso exportan cerebros debido a la crisis; universitarios que no tienen cabida en su territorio a riesgo de perder el fruto de lo que sembraron en el sistema educativo.

Ecuador impuso, alineado con esa estrategia de sembrar desde abajo, un régimen de requisitos para sus estudiantes, sus profesores y sus profesionales sin que encontrara respaldo en un sistema que aún no sienta las bases en los primeros niveles. Eso ha derivado en un negociado en el que se pierde el objetivo inicial de mejorar la calidad educativa y laboral.

De nada sirve exigir a todos los estudiantes un trabajo de titulación o una tesis si no aporta a su crecimiento académico porque no la hacen. De nada sirve que los profesores universitarios deban tener una maestría si los contenidos del cuarto nivel ofertados terminan siendo tan generales como los del tercer nivel y las propuestas de especialización escasean. De nada sirve otorgar más puntaje a los catedráticos que se capaciten con talleres y cursos si no asisten.

El problema no es el requisito sino cómo se está cumpliendo. Hay estudiantes que no escriben sus tesis, sino que compran una original hecha por encargo como ha contado EXPRESO esta semana. Hay profesores que no acuden a los talleres sino que solo los pagan.

Siendo innegable que mejor será el nivel del país cuanto mejor estén preparados los futuros profesionales, esa meta se pierde en las trampas y atajos, amparados por lagunas regulatorias, que han surgido alrededor de las exigencias impuestas en los últimos años.

La pregunta que surge entonces es dónde empieza a fallar el esquema educativo. La respuesta es un dilema irresoluble como el del huevo y la gallina. ¿Vale más un título o el conocimiento? ¿Sirve de algo el conocimiento sin un título? Lo cierto es que el sistema actual tiene fugas por las que se cuelan los que solo quieren un papel habilitante para trabajar. Y son ellos también, junto con los que sí sacan partido del sistema acatando las normas, los que construirán el futuro de Ecuador. ¿Qué futuro?