La naturaleza oscura de la democracia

La naturaleza oscura de la democracia

Mario Campaña lanza ‘Una sociedad de señores’. La obra analiza cómo el colonialismo aún existe en el discurso público.

Como quitarse una venda. ‘Una sociedad de señores’, del escritor Mario Campaña, ahonda en el comportamiento social y desentraña en él los valores que han forjado la cultura occidental.

Para el lector, la obra de 312 páginas y publicada en España golpea con la fuerza de un huracán, pues en ella podrá reconocer los prejuicios y valores propios de cada uno.

“La concepción de la obra nació también a raíz de este ejercicio de introspección. El libro es el resultado de mis observaciones sobre la sociedad ecuatoriana y latinoamericana. Las conclusiones a las que fui llegando muestran que todavía existe, implantada en nuestras relaciones, la conducta del señor, del señor feudal, un señor que mira a los demás de arriba a abajo y que divide a la sociedad en superiores e inferiores, por más que creamos que las democracias han superado estos conceptos”.

Debido a la complejidad del tema, la obra se escribió e investigó a lo largo de una década y cuenta con una extensa bibliografía, así como intensos análisis del autor, quien reconoce que también tuvo que determinar ciertos ‘valores señoriales’ en su propio comportamiento y concepción de la vida para ir, de a poco, extrayéndolos para así analizarlos.

“Lo más complejo es descubrir hasta qué punto estos valores señoriales, como el linaje, o la ética del mejor están arraigados en nosotros y permean todas nuestras relaciones sociales, familiares y sobre todo políticas”, señaló.

El libro inicia con un recorrido por las sociedades antiguas y sus bases, para luego continuar, a paso lento, adentrándose en los rezagos de estos valores. Campaña pudo reconocer la permanencia de veintiocho preceptos ‘señoriales’, entre ellos las jerarquías, la ética del mejor, que hace referencia a la necesidad imperiosa de ser reconocido como el primero o el destacado en cada campo, el mérito como la justificación de las diferencias sociales y morales, la gloria, o la necesidad de ‘pasar a la historia’, el concepto de linaje, el culto a la personalidad, el honor y la honra, entre otros.

“Ese tejido inmaterial es la más poderosa herencia de la aristocracia en el mundo de hoy, su caballo de Troya”.

Pero más allá de la perturbación que puede provocar en el lector el choque con tan álgidas epifanías propias, la obra se lee con facilidad, pese a ser un ensayo. El ritmo se mantiene, las explicaciones son claras. Campaña maneja el lenguaje con destreza y en sus párrafos se reconoce también su vena poética, con la que se inició en la literatura en los años ochenta.

Él, quien también ha incursionado en la narrativa, acepta que aunque hay diferencias en el proceso de escritura para pasar de un género a otro, en sus piezas se mantiene una preocupación principal, una especie de núcleo de donde salen las mismas preocupaciones estéticas. “Hay un punto de unión en toda mi obra, una preocupación de fondo por los problemas comunes que tiene la humanidad. Aquí se escribe en verso, allá en prosa, pero el problema es el mismo, el problema de la existencia humana en la tierra”, aseveró.

‘Una sociedad de señores’ se presentó en Quito y Guayaquil. Esta semana fue objeto de un diálogo en la Universidad Católica del Puerto Principal y pronto se debatirá en la Universidad de las Artes.

Y ese debate es una característica que busca el autor. “Yo planteo seis propuestas para superar estos principios señoriales, y han sido sujeto de discusión. Creo que aunque estos principios son culturales, pueden y deben ser superados”.