Naciones Unidas

El colegio, unidad educativa y cualquier otro organismo que tiene a cargo la formación integral de niños y jóvenes tiene que hacerse permanentemente un examen de conciencia y preguntarse cuánto saben de asumir una educación integral y verificar si no son ellos quienes originan ‘bullying’ o cualquier otro tipo de maltrato a sus alumnos. Lo que genera, en lógica consecuencia, que el resto de jóvenes que lo atestiguan sigan esos pasos criminales, multiplicando el número de agresores. Y digo criminales porque esas conductas se pagan con cárcel.

¿Cuántas cosas pueden pasar durante el tiempo que están los niños bajo custodia del colegio? Tristemente existe gente que cree que el maltrato es un método de enseñanza, o no saben manejar su estrés, o son pervertidos o desordenados mentalmente que sienten necesidad de someter a los más vulnerables.

Una actitud hostil, verbal o corporal, o ausencia de afecto, produce gran daño emocional. Del maltrato físico y emocional al abuso sexual hay un paso. Todos los protagonistas de este crimen están siempre cerca de la víctima. Según datos de Unicef el 65 % de los casos de abuso sexual fueron cometidos por familiares y personas cercanas a la víctima, y una de cada cuatro víctimas de abuso nunca avisó; por temor a las consecuencias se quedó callada. Todo agresor de pequeños los amenaza para así garantizar su impunidad con el silencio.

El Fondo para la Infancia de la organización que lleva por nombre el título de esta columna, en su compromiso con la niñez, lanza otra campaña de prevención de abuso sexual, Súper Profes, y brinda a los docentes “Consejos muy sencillos que pueden poner en práctica todos los días... para que fortalezcan la comunicación con sus estudiantes, construyan una relación de respeto y confianza, permanezcan atentos a los cambios físicos o emocionales de sus alumnos, y brinden la protección necesaria si se detecta un caso”.

¿Cómo cree usted que dueños de colegios defienden a los niños, o los profesores o los padres de los abusos? Las estadísticas, por su parte, dicen que ellos son los agresores.