El economista Sergio Novas Tinajero, el sociólogo Bernardo Herrera, el arquitecto Fernando Carrión Mena y la vicerrectora académica de la Universidad Católica María Cecilia Loor, conversan con el presidente de AME sobre las nuevas proyecciones de las muni

Municipios con modelo empresarial

50 alcaldes y concejales asistieron a las clases presenciales y semipresenciales.

El benchmarking en los esquemas empresariales modernos es común: tomas parte de otros modelos, los adaptas y creas uno propio.

Algo parecido es lo que aplican algunos municipios del país luego de la primera fase, que culminó con un diplomado, dentro del “proyecto emblemático” de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME), la Escuela de Liderazgo para el Buen Gobierno Municipal.

Patricio Urrutia, de Ventanas; Janeth Guerrero, de Catamayo; y Anita Rivas, de Coca (Francisco de Orellana) cuentan a Diario EXPRESO sus proyecciones y cómo el intercambio de ideas, conceptos y modelos ha calado en sus gestiones con algunos fines, entre los principales: la eficiencia administrativa y la incorporación de la ciudadanía. Es como cuando una empresa privada comienza a escuchar lo que piensan quienes compran sus productos.

Y esto sirve aún más cuando hay época de crisis, como la actual. En el caso de la empresa privada, cuando las ventas de sus productos bajan; en el caso de los municipios, cuando disminuyen las rentas que les asigna el Gobierno central, como ahora, cuando los ingresos petroleros se han reducido considerablemente.

Dentro de ese aspecto, la alcaldesa de Catamayo cuenta que se está buscando eficiencia: “No subir el gasto corriente o de personal. Al contrario, hemos hecho una reducción de los gastos. Iniciamos con 424 personas y ahora solo son 340. Estamos bajando el gasto corriente para optimizar los recursos”.

Según dijo, le ha venido bien el benchmarking del diplomado. “Captamos los criterios y vemos cuál es el que se apega a la realidad de nuestro cantón. Lo aprendimos y aplicamos porque hay que buscar la forma de ir mejorando”.

Una de las medidas importantes, resalta Rivas, es tener actualizado el catastro, para incentivar la cultura de pago de impuestos, que es muy complicado porque el 80 % de la población del Coca es pobre. “Aunque este año, el de mayor crisis, es cuando más mi gente me ha pagado los impuestos. La gente nos ha venido a cancelar. Son cinco millones recaudados en impuestos”.

Urrutia habla de “una reingeniería del talento humano”, pues su presupuesto bajó de 12 a 10 millones de dólares. El recorte en personal fue de 700.000 dólares, de 5,2 a 4,5 millones, “porque hay que ir apretando y tener eficiencia dentro de la administración”.