Sector. Fernando Guerra Molina arregla bicicletas en su taller del callejón de la Décima y Diez de Agosto.

El Municipio ‘evaluara’ si ejecuta expropiacion

El área fue tierra de nadie por años. Era como un rincón innombrable en Guayaquil. Un rincón conocido tristemente como “la bahía de la droga”.

El área fue tierra de nadie por años. Era como un rincón innombrable en Guayaquil. Un rincón conocido tristemente como “la bahía de la droga”. Mataban a gente en la vereda y vendían estupefacientes las 24 horas del día, los siete días de la semana. La violencia, dicen quienes aún viven allí, era cosa de todos los días.

Desde enero de este año el panorama cambió en el callejón de la Décima y Diez de Agosto o el ‘10 sobre 10’, como también se lo conoce. La Gobernación y las autoridades policiales llegaron al sector a sanearlo, incluso se demolió una casa en la que se expendía sustancias ilegales. Hoy, aseguran, la historia es diferente.

“Ya se ve a niños jugando en las calles. Estamos mucho más tranquilos. El panorama mejoró. Eso nadie puede negarlo”. Habla para EXPRESO Fernando Guerra, uno de los habitantes del lugar.

La entrevista tiene lugar después de una reciente decisión del Cabildo, que pretende construir en el lugar cuarenta talleres automotores con el fin de menguar un poco el impacto de la actividad informal de mecánicos en la zona.

El proyecto suena sencillo, pero no lo es. Para llevarlo a cabo, el Municipio deberá desalojar de sus viviendas a 26 familias. Una manzana entera, con habitantes que tienen más de cuatro décadas en el lugar.

No quieren irse. Unos, como Guerra, alegan que “si ya hay paz en la zona”, ¿para qué los harán salir de allí? “Bien dicen, la alegría del pobre dura poco. Al fin se soluciona este problema de la droga, al fin podemos vivir en paz y ahora quieren echarnos”.

Elga María Rosas es otra de las afectadas de la manzana. Ella vive con tres hijos, una nuera y siete nietos. El Cabildo le ofreció $ 14 mil. Una cifra, asegura, que no le alcanzará para nada. “Es probable que tengamos que alquilar. Comprar una casa ahora es demasiado caro”, se lamenta.

El jefe de Usos de Suelo, Control de Edificaciones y Urbanizaciones del Municipio, José Miguel Rubio, al enterarse de que existe descontento con los habitantes a los que se le pidió la casa, ofreció a este Diario evaluar la situación.

“Nosotros no defendemos una obra. Siempre va a estar por delante lo que quiera el ciudadano. Si ellos no quieren irse, si sienten que están bien, analizaremos cuáles son sus demandas”.

Dijo además que los precios del avalúo se determinan de acuerdo a los que maneja el mercado. “Dependen del terreno y de la condición de la edificación. Estamos ofreciendo lo que realmente valen”.

Sin embargo, el morador tiene la opción de exigir un reavalúo de su vivienda y esperar a que se analice la situación. Se supone que desde que fueron notificados (el pasado 13 de junio) tienen tres meses para salir del lugar, pero “el proceso de expropiación se puede apelar”, aclara Rubio.

José Miguel Rubio / Jefe de Uso de Suelos

Entrevista