Reportes de incautación de armas de Colombia precisaron que varios fusiles del Ejército fueron hallados en poder de guerrilleros de las entonces activas FARC.

La municion traficada era la retirada por fin de vida util

Pesquisas. La investigación por tráfico de armas, contra militares y civiles, iniciada el 17 de octubre, durará 90 días.

Los números seriales de un cargamento de municiones incautado en Colombia a disidentes de las FARC del frente Óliver Sinisterra, liderado por Walther Arízala, alias Guacho, es lo que permitió seguir su rastro hasta llegar a los cuarteles del Ejército ecuatoriano, que las tenían registradas como destruidas.

¿Cómo podían estar en poder de los narcoterroristas municiones que habían caducado y también destruido?

La sospecha de la existencia de una banda dedicada al desvío de las municiones, con nexos en los cuarteles, condujo a los investigadores policiales ecuatorianos a seguir el rastro de las balas desde su salida de las bodegas de los batallones hasta su llegada a la Brigada de Logística No. 25 en Quito y, desde allí, hasta los supuestos sitios de destrucción.

La punta de la madeja estaba en los documentos de adquisición de municiones en la que consta que esas balas, de calibre 5.56, ingresaron a la bodega central del Ejército y desde allí hacia diferentes unidades militares. Como no habían sido utilizadas y cumplieron su vida útil (la pólvora había perdido su composición química), entraron al proceso de destrucción que empieza con su retiro de los cuarteles hacia las bodegas de los batallones de logística de las divisiones y, desde allí, hasta la bodega general de Logística en Quito.

Las investigaciones apuntaron hacia siete militares y seis servidores del Ministerio de Defensa que habían participado en el proceso de dar de baja y destruir esas municiones, pero que habían terminado en manos del frente de Guacho que hizo seis ataques contra policías y militares ecuatorianos y también se le atribuye el secuestro y posteriormente asesinato de cinco civiles, tres trabajadores de diario El Comercio, y una pareja de enamoradas de Santo Domingo de los Tsáchilas.

La investigación en marcha, tras allanamientos en los lugares donde fueron detenidos los sospechosos de integrar la red de tráfico de armas, municiones y explosivos, apunta a descubrir a todos los autores, cómplices y encubridores del desvío. Se trata de confirmar, además, si realmente las municiones estaban caducadas.

El Ministerio de Defensa ha indicado que dará toda la apertura a la Fiscalía para que investigue un delito que involucra a personal del Ejército que tenía bajo su responsabilidad el proceso de sacar de inventario y destruir las armas, municiones y otros productos que perdieron su vida útil en los cuarteles.

La Fiscalía intenta descubrir si además de municiones también hubo desvío de armas.

Los antecedentes

Fusiles

Reportes de incautación de armas de Colombia precisaron que varios fusiles del Ejército fueron hallados en poder de guerrilleros de las entonces activas FARC.

Cohete Law

En 2003, un cohete Law del Ejército ecuatoriano fue usado por las FARC en un atentado en Colombia. Se abrió una investigación. El arma de alto alcance había sido robada de las bodegas.

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