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Miedo, tortura y humillaciones: las minorías sexuales en la Ucrania ocupada por Rusia
Una activista LGBT ucraniana con una pancarta en la que pide "¡Detengamos el mundo ruso!" Es homofobia, odio y guerra'.EFE

Miedo, tortura y humillaciones: minorías sexuales en la Ucrania ocupada

El colectivo LGBTQ, el más afectado en el régimen de la ocupación rusa

La arbitrariedad y el poder ilimitado de las fuerzas de ocupación rusas afectan a todos los ciudadanos ucranianos bajo dominación rusa, pero ser parte del colectivo LGBTQ es un factor adicional de riesgo para ser víctima de persecución, abusos y humillaciones.

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"La forma de persecución más habitual empieza cuando paran a una persona en los puestos de control militares y los soldados rusos descubren que esa persona forma parte de la comunidad LGBTQ", explica a EFE Andrí Kravchuk, de la organización Nash Svit (Nuestro Mundo).

Según casos documentados por esta ONG pro-derechos LGBTQ y por otras organizaciones con los mismos fines, los soldados rusos suelen descubrir la identidad sexual o de género de estas personas al mirar el contenido de sus teléfonos para encontrar a simpatizantes de la causa ucraniana.

"Muchos acabamos optando por tener dos teléfonos: uno que sólo usábamos en casa y otro en el que evitábamos los contenidos perseguidos para salir a la calle", explica a EFE Albina Yermakova, de la organización pro-derechos LGBTQ Insha, que funcionaba en Jersón hasta que esta ciudad del sur de Ucrania ahora liberada fue ocupada por Rusia en marzo de 2022.

Un informe publicado este año por las ONG Projector e Insha (‘otra’ en ucraniano) recoge el testimonio de Oleksí, un activista de ese colectivo de 22 años que el 9 de mayo de 2022 fue detenido en un puesto de control en la entonces ocupada Jersón después de que encontraran tatuajes pro-ucranianos en su cuerpo y contenido LGBTQ en su teléfono.

Entre golpes e insultos homófobos, el personal militar ruso lo trasladó a un centro de detención.

Allí le obligaron a ponerse un vestido de mujer rojo y fue interrogado con ese atuendo por agentes del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), que le torturaron con descargas eléctricas y le exigieron que revelara los nombres y las direcciones de otros activistas LGBTQ.

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