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Un recorrido por la vida de Ernesto Cardenal, el poeta que 'revolucionó' el catolicismo

Fue el pilar de la Teología de la Liberación. El Juan Pablo II lo expulsó por sandinista. Francisco lo rehabilitó hace un año

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MANAGUA. Ernesto Cardenal en una de sus apariciones públicas en febrero de 2017.AFP

Nadie puede negar la grandeza de sus versos. Sin embargo, su faceta política terminó en algún momento de su vida por eclipsar aquel perfil de poeta grande. Ocurrió en muchos momentos de su vida, algo que fue como el santo y seña de la obra del nicaragüense Ernesto Cardenal, quien falleció este domingo en Managua a los 95 años..

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Un tributo póstumo a Ernesto Cardenal

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Él mismo lo había reconocido. "Mi poesía tiene un compromiso social y político, mejor dicho, revolucionario. He sido poeta, sacerdote y revolucionario". Así se definió en 2012, al ser reconocido con el Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía.

El cristianismo tal como lo vemos en el Vaticano, no es el que Cristo quiso para la iglesia; pero mi fe es en Cristo, no en el Vaticano; si el Vaticano se aparta de Cristo, yo sigo con Cristo.

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​Entrevista a la BBC, en 2007

Uno de sus amigos, el escritor español Luis García Montero, lo califica como un "ejemplo de dignidad" para el que "transformar el amor era tan comprometido como luchar por una idea política".

Sus orígenes...

Nacido el 20 de enero de 1925 en Granada (municipio de Nicaragua), en el seno de una de las familias más respetables de este país centroamericanos, el futuro sacerdote creció en una de las casonas más emblemáticas de la capital conservadora de Nicaragua. "No era un palacio, pero sí el segundo edificio más elegante de Granada", es la descripción de "La Casa de los Leones" que hace en su autobiografía prublicada en 2005, 'Vida perdida. Memorias I'.

"El primero era la casa de mi abuelo, frente a la plaza central, junto a la catedral", apunta a continuación el poeta, quien describe a ese abuelo como un simple "comerciante rico".

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MANAGUA. El padre Ernesto, recorre su jardín. La foto es de enero de 2015.AFP

Para él la familia Cardenal Martínez había elegido la carrera de Derecho. Pero su padre eventualmente se rindió a la evidente vocación literaria del enamoradizo muchacho y le permitió cursar estudios de literatura en México y EE.UU., lo menciona hoy la BBC.

Otra vocación igual o más fuerte, sin embargo, lo llevaría a ingresar en 1957 en el monasterio trapense de Gethsemani, en Kentucky (EE.UU.), espoleado por el final de uno de esos "muchos enamoramientos" que inspiraron sus famosos Epigramas. "Yo no me iba a saciar con nadie, sólo con Dios -cosa que Dios sabía, pero yo no sabía", dice en el primer tomo de sus memorias, Vida perdida, sobre la tensión entre amor romántico y vocación religiosa que lo atormentó durante la primera parte de su vida. Poco después de llegar al monasterio les describió así la jornada a sus padres y hermanos: "¡No pueden imaginarse que viaje más feliz! Hagan de cuenta exactamente un viaje de bodas".

En 1965, seordenó sacerdote en Managua. Luego fundó una comunidad cristiana en una isla del archipiélago de Solentiname, donde escribió el libro 'El Evangelio de Solentiname'.

El lado poético

Luis García Montero, actual director del Instituto Cervantes, quien tuvo la suerte de colaborar con el "padre Cardenal" durante el proceso Sandinista en los años 80, declara que admiraba su poesía. "Me parece que su poética en América Latina, junto a Roque Dalton y Benedetti, sirvió para establecer lazos entre la intimidad y el compromiso público, transformar el amor era tan comprometido como luchar por una idea política y eso queda muy claro en sus epitafios y en algunos de sus poemas y salmos", dijo García Montero.

Aunque para el también poeta granadino, pero de la Granada española (Cardenal nació en la Granada nicaragüense en 1925), su amigo es un ejemplo de dignidad: "cuando el poder empezó a romper el sueño nicaragüense Sandinista él mantuvo la dignidad de su compromiso y la dignidad de su apoyo a las mejores causas de su país y para el ser humano".

Su perfil controversial

Su faceta política también ha sido destacada por el poeta español Luis Antonio de Villena, uno de los miembros del jurado del Premio Reina Sofía en 2012, galardón que trajo a Cardenal a España con 87 años, cuando pese a sus dificultades para caminar esta "muy lúcido", recordó a Efe, al tiempo que puso de manifiesto que "fue uno de los primeros teólogos de la Liberación que pretendían un catolicismo hecho para los pobres".

"Católico subversivo, activista sandinista, ministro... todo eso ha pesado sobre el poeta. Es imposible discernir personaje de su poesía. Una faceta terminó sobreponiéndose a la otra aunque me han dicho que en los últimos años quería reivindicarse como poeta, opacar su imagen política, pero ha llegado muy tarde", lamentó.

El paso de Cardenal por la Orden de la Trapa también lo ayudó a desarrollar su inconfundible estilo literario, que para entonces ya incluía el poema épico Hora 0, que no dejaba dudas de su aversión a las dictaduras de derecha latinoamericanas y en especial a la de su Nicaragua natal, la de los Somoza.

"Aunque no esté escribiendo poesía, el trabajo manual, que incluye limpiar inodoros, es una práctica de estilo, porque la humildad y sencillez de estos trabajos seguramente perfeccionará mi estilo literario, dándome más sencillez, claridad, expresión directa", escribió.

Ese estilo sería también la marca de la comunidad de artistas primitivistas de Solentiname, fundada por Cardenal en 1966, un año después de su ordenamiento como sacerdote, que se convirtió rápidamente en un santuario para los guerrilleros del Frente Sandinista que luchaban contra la dinastía somocista.

"Al principio le había dicho a los líderes guerrilleros que estaba de acuerdo con sus metas pero no con sus métodos, pero ante la dictadura de Somoza, la única vía posible era la lucha armada", le dijo Cardenal a BBC Mundo en 2007.}

"El cristianismo tal como lo vemos en el Vaticano, no es el que Cristo quiso para la iglesia; pero mi fe es en Cristo, no en el Vaticano; si el Vaticano se aparta de Cristo, yo sigo con Cristo", le explicó a BBC Mundo Ernesto Cardenal en 2007, 20 años después de la prohibición vaticana.

Una posición política que el Vaticano no le perdonaba. En 1984, el papa Juan Pablo II le suspendió el ejercicio del sacerdocio. Algo que Francisco, le devolvió en febrero de 2019, cuando le envió una carta.

Despedida desde la Internet

Y las redes sociales también se han despertado con la noticia del fallecimiento de Cardenal, por lo que también se han convertido en un lugar donde se han volcado las despedidas al poeta y clérigo nicaragüense.

Así lo ha hecho la novelista nicaragüense Gioconda Belli, quien apuntó en su cuenta personal de Twitter que "más que llorarlo" había que "celebrar" una vida "como la suya", "consecuente" y "creativa" durante 95 años.

Por su parte, el escritor y poeta Benjamín Prado, además de recomendar la obra de Cardenal, recordó la icónica foto del poeta arrodillado frente a Juan Pablo II en 1983, durante una visita oficial del pontífice que aprovechó para reprender a Cardenal por su relación con el sandinismo.

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La periodista española Maruja Torres se sumó a este recuerdo y dijo que en esta misma gira del papa Juan Pablo II por Latinoamérica, éste "abrazó a Pinochet".

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MANAGUA. A sus 93 años, Ernesto Cardenal firma uno de sus libros. La imagen es del 19 de enero de 2018.AFP