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Aislados. Bogdan Levchikov, un adolescente de 15 años, camina junto a un edificio residencial dañado en Balakliya.AFP

En duelo y aislados, así es ser joven en Ucrania

Cerca de un millón de jóvenes ucranianos estudian en línea. Antes de la guerra, habían sufrido el confinamiento en 2020

Con un bigote incipiente, su melena revuelta y su gorra de marca, Bohdan sería un adolescente cualquiera si no fuera porque encarna las desgracias de una joven generación ucraniana marcada por casi cuatro años de guerra.

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Su padre, Stanislav, militar de carrera, murió el 30 de marzo de 2022 a los 45 años defendiendo Járkov. Agotada por las penurias, a su madre, Irina, de 40, le diagnosticaron en otoño un cáncer de útero en etapa tres.

Bohdan Levchikov, de 15 años, ya no conoce a nadie de su edad en su ciudad de Balakliya. Situada en el este de Ucrania, fue ocupada por el ejército ruso de marzo a septiembre de 2022. Aunque las fuerzas ucranianas la reconquistaron, continúa regularmente bajo fuego ruso, a 70 km del frente.

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“Mi madre y yo regresamos unos días después de la liberación de la ciudad y ya no había niños, ninguna tienda abierta, nada”, recuerda.

Desde entonces ha vuelto un atisbo de normalidad, con sólo una fracción de los 26.000 habitantes que había antes de la guerra, muchos de ellos personas mayores.

Los lugares que antes frecuentaban los jóvenes están ahora prácticamente desiertos. El parque de skateboard y las orillas del río Balakliya fueron minados por los rusos. Los explosivos han sido retirados desde entonces, “pero se rumorea que todavía no es seguro ir allí”, explica Bohdan.

El adolescente sigue sus clases exclusivamente por internet. Su día a día está marcado por las alertas antiaéreas.

Bajar cuatro pisos a pie para refugiarse en el sótano es demasiado para su madre. Ambos extienden entonces un colchón en la pequeña entrada de su apartamento, la única habitación un poco protegida al no tener ventana.

“Nos hemos acostumbrado a arreglárnoslas los dos solos. Formamos un equipo muy unido”, sonríe Bohdan.

Ninguna de estos infortunios se refleja en el rostro tranquilo del adolescente.

“No es solo Bohdan. Todos los niños se han adaptado muy rápido. No sé cómo calificar a esta generación”, considera su madre, cautelosa.

Encuesta a 24.000 jóvenes

No es la única que se hace esa pregunta. A finales de 2023, se encuestó a cerca de 24.000 jóvenes ucranianos de entre 11 y 17 años con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“La proporción de los que se sienten felices ha disminuido significativamente” tras la invasión rusa del 24 de febrero de 2022, según el estudio. Sin embargo, “los adolescentes ucranianos muestran un nivel bastante alto de capacidad para afrontar la guerra”, añade.

Según otra encuesta publicada en agosto, el 34% de los niños citan los exámenes escolares como principal fuente de estrés y solo el 27% las sirenas antiaéreas.

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“Estos resultados sugieren de manera preocupante que la guerra forma ahora parte de la vida cotidiana de muchos niños”, afirma este estudio publicado por el programa ucraniano de salud mental “¿Cómo está usted?” y Unicef, la agencia de Naciones Unidas para la infancia.

Cerca de un millón de jóvenes ucranianos estudian en línea, 300.000 de ellos exclusivamente a través de internet, según el Ministerio de Educación. Ya antes de la guerra, desde marzo de 2020, habían sufrido el confinamiento relacionado con el covid-19.

Un aislamiento que se siente especialmente en la región de Járkov, la segunda ciudad del país a 40 km de la frontera rusa y objetivo diario de ataques aéreos.

Algunos restaurantes y cafeterías permanecen abiertos hasta el toque de queda de las 23:00. Luego, casi todas las noches traen consigo su cuota de ataques con drones y misiles. A la mañana siguiente, resuenan los trabajos de los equipos de voluntarios que reparan lo que pueden.

La región de Járkov es la que tiene más centros educativos destruidos o dañados por la guerra: 843, es decir, el 20% del total nacional (4.358), según datos de mediados de diciembre del sitio web gubernamental saveschools.in.ua.

La página web de investigación Bellingcat —con el que colaboraron periodistas de la AFP en Kiev y París para este artículo— ha registrado en Járkov y sus alrededores más de cien ataques rusos contra escuelas y lugares de ocio juvenil o en sus inmediaciones, todos documentados con videos o fotos.

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