
Cierre del Gobierno federal en EE.UU.: Impacto en vuelos y turismo
El cierre del Gobierno federal en EE.UU. afecta a cientos de miles de empleados y amenaza con retrasos en aeropuertos
Estados Unidos entró en cierre parcial del Gobierno federal el 1 de octubre de 2025, luego de que republicanos y demócratas no alcanzaran un acuerdo presupuestario antes de la medianoche del 30 de septiembre, fecha límite del año fiscal.
La falta de consenso en el Congreso obligó a suspender operaciones en agencias y departamentos considerados “no esenciales”, mientras que los servicios básicos como seguridad, ejército y control aéreo continúan funcionando, aunque sin remuneración inmediata para sus empleados.
El presidente Donald Trump responsabilizó a la oposición demócrata por el estancamiento, mientras que los líderes demócratas culparon a la Casa Blanca y a los republicanos por negarse a incluir financiamiento adicional para salud y programas sociales. El escenario recuerda al cierre de 2019, el más largo en la historia del país, que duró 35 días y generó caos en aeropuertos y pérdidas millonarias.
Impacto inmediato en vuelos y aeropuertos
Aunque los vuelos en EE.UU. no se han detenido, el cierre afecta directamente al personal que sostiene la operación aérea. Más de 13.000 controladores de tráfico aéreo y 61.000 agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) deben seguir trabajando, pero sin recibir su salario mientras dure la parálisis.
Esto genera un riesgo de ausencias laborales y retrasos en aeropuertos, como ocurrió en 2019, cuando la falta de personal obligó a suspender operaciones en el aeropuerto LaGuardia de Nueva York y provocó demoras en Filadelfia, Atlanta y Nueva Jersey.
Los expertos advierten que, si el cierre se prolonga, los pasajeros enfrentarán:
- Filas más largas en los controles de seguridad.
- Retrasos y cancelaciones de vuelos por falta de personal.
- Congelamiento de programas de modernización del sistema aéreo.
El Departamento de Transporte ya advirtió que la capacitación y contratación de nuevos controladores quedará suspendida, lo que podría agravar la escasez de personal en los próximos meses.
Parques y museos cerrados
El turismo es otro de los sectores más golpeados. Los parques nacionales, incluidos destinos icónicos como el Gran Cañón y los Everglades, operan con personal mínimo o directamente cierran sus puertas, lo que afecta a miles de visitantes diarios.
Los museos federales en Washington D.C., como el Smithsonian, también suspendieron actividades, y varias embajadas estadounidenses anunciaron que limitarán sus servicios consulares a emergencias.
La Asociación de Viajes de Estados Unidos (US Travel Association) estima que el cierre podría generar pérdidas de hasta 1.000 millones de dólares semanales en la industria turística, debido a cancelaciones, menor flujo de visitantes y reducción de servicios.
Además, operadores turísticos y cadenas hoteleras advierten que la incertidumbre desalienta a viajeros internacionales, en particular a los canadienses y europeos, que representan un segmento clave del mercado.
Perspectivas y consecuencias políticas
El cierre del Gobierno no solo tiene efectos económicos, sino también políticos. Trump ha advertido que podría endurecer recortes en agencias federales, mientras que los demócratas insisten en que el Ejecutivo debe garantizar financiamiento para programas sociales y de salud.
En el Congreso, las negociaciones continúan, pero no hay señales de un acuerdo inmediato. Mientras tanto, la presión ciudadana podría aumentar si los retrasos en aeropuertos se vuelven masivos o si el cierre de parques y museos afecta la temporada turística de otoño.
El recuerdo del cierre de 2019, que terminó tras el colapso del sistema aéreo en el noreste del país, sigue presente. En aquel entonces, la presión de viajeros y aerolíneas fue determinante para forzar un acuerdo.
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