El Morro rescata su historia con el relato de los abuelos

El Morro rescata su historia con el relato de los abuelos

Los más viejos hablan de los juegos y sus tradiciones.

El Morro es una parroquia rica en historias, leyendas y tradiciones, de las cuales pocas sobreviven, igual que sus protagonistas. Por ello, el testimonio de sus más antiguos habitantes es un valioso eslabón en la cadena de la memoria colectiva. Hoy, recopiladas en tres folletos ilustrados, estos relatos son un retrato hablado de la época de los abuelos.

Bajo el título de ‘Me lo contaron mis abuelos’ estas historias quedaron selladas en una última edición que fue presentada el pasado 25 de julio, con ocasión de las fiestas de la fundación de Guayaquil.

EXPRESO habló con algunos protagonistas de El Morro y sus recintos. En Sitio Nuevo está don Juan Figueroa, quien hace memoria de lejanos tiempos, desde su antigua casa de caña de mangle y techo de tejado. El Morro -dice- tenía mucha ganadería y para dar de beber al ganado se cargaba agua en barriles desde los pozos, sus habitantes vivían de la pesca y, para venderlo, un mate ancho era la medida de un sucre (moneda de uso en el país hasta el año 2000) del producto.

Su abuela era costurera y cosía a mano, demoraba dos días para hacer un pantalón que costaba 2 sucres; su abuelo Liborio era pescador y carbonero, murió a los 98 años.

A este relato se une don Felipe Zapata, de 78 años y del recinto San Miguel. Recuerda que durante 4 días se cortaba leña, luego armaban el horno que permanecía 4 días humeando hasta que estaba el carbón, que vendían en Playas a 5 sucres el saco. Felipe aún es carbonero.

El pan de leña lo iniciaron don Blas y Francisco Lázaro Cuenca, dice Juana Consuegra, sobrina de los mencionados, allí se preparaba el ‘mollete’, un pan de sal pequeño. El horno, que era de quinchua, está todavía en una casa de 120 años de existencia, una de las últimas que se conserva. Estuvo por 92 años en manos de don Bonifacio Consuegra, al fallecer la heredó su hijo Winper Consuegra, quien continúa con la tradición. El pan es conocido a nivel nacional por su exclusividad en la preparación. Los feriados y fines de semana muchos turistas llegan a comprarlo. (F)