Dolor. Gregory, hermano de la víctima, acompaña a su madre.

Un monedero fue la clave para reconocer el cuerpo de quien es ya la victima 661

Miguel Laínez, padre de la joven fallecida, dice estar indignado porque “se burlaron” de sus sentimientos. Afirma que supuestos testigos le habían indicado que a su hija la habían sacado con vida el mismo día de la tragedia. Él no perdió nunca la esper

A un mes del devastador terremoto, las lágrimas siguen rodando en quienes vivieron ese infierno. Esto se evidenció en el sepelio de Mayra Laínez Carbo, de 23 años, a quien sus familiares buscaban como desaparecida. Ellos mantenían la esperanza de encontrarla con vida en alguna casa de salud, pero la tarde del sábado sus restos fueron hallados destrozados entre los escombros del centro comercial Felipe Navarrete.

Ella fue sepultada ayer en el cementerio Parques del Recuerdo, donde acudieron familiares y amigos.

“Necesito que nos ayuden, la prensa es la voz del pueblo y esto tienen que saberlo: Me sentí humillado al ver el cuerpo de mi hermana destrozado y para mí fue producto de las maquinarias, aquí hubo mucha negligencia, eso lo sentimos”, afirmó con indignación Gregory Laínez (21), quien reconoció el cuerpo.

Gregory recordó que se llevaba muy bien con su hermana y que en el mes de febrero le regaló un monedero. “Pude reconocer su cuerpo por ese monedero que llevaba en uno de sus bolsillos. El cuerpo estaba despedazado, el torso a un lado y una pierna en otro”.

Juan Carlos Andrade, miembro del Cuerpo de Bomberos de Manta, uno de los socorristas que sacó el cuerpo de la fémina la tarde del sábado, indicó que este se encontraba en la planta baja, justo en la puerta de salida del edificio.

Mayra Juliana había culminado sus estudios en Ingeniería en Auditoría en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), y apenas tenía cinco días trabajando en ese local. HLV