Contra los molinos de viento

En estos días de recordaciones cervantinas y shakespearianas bien se podría hacer cabalgar juntos a Don Quijote y a Otelo, y en ocasiones mezclarlos. Recordando lo “de médico, poeta y loco, todos tenemos un poco”, no es improbable que el celoso Otelo también esté un poco loco y que el noble caballero de La Mancha sufra de celos a causa de su Dulcinea del Toboso. Sin divagaciones literarias, que además son tales porque no hay certeza en las fechas de las celebraciones que se conmemoran, en lo que en cambio se tiene acuerdo, es en la dificultad de enfrentar situaciones de diverso orden, de larga data algunas, recientes otras, en la vida del Ecuador.

La corrupción, por ejemplo, y su combate, incluso su denuncia, son como la lucha de Don Quijote contra los molinos de viento. En ocasiones aparece Hamlet fabricando las denuncias para cobrar venganza. La falsa imputación de la corrupción es una de sus peores formas. Una distinta deriva de la frustración que hace germinar el odio acumulado y lo transforma en ira. Obviamente, en la tragedia no dejan de aparecer los turiferarios que todo lo justifican. Mas la corrupción es como la tos: difícil de ocultar y cuando, como en la tarde de ayer, hay quienes desean que la impunidad no prospere, mucho queda claro y no hay otra alternativa que la de proceder a curar, decididos hasta a la cirugía mayor. Es que el mal está tan avanzado que si no se lo corta de raíz va a invadir a todo el cuerpo social. Por lo dicho, cabe felicitar lo actuado por los convocados y los convocantes al foro: La Comisión Nacional Anticorrupción y su lucha para impedir la impunidad.” Fue entristecedor pero necesario escuchar a Luis Chancay, a David Rosero, a Jorge Rodríguez, moderados por Enrique Herrería, presentando con vigor y seriedad sus puntos de vista. Por mi parte, tal cual he venido haciendo, pese a la quijotesca metáfora del presente cañonazo, no queda otra que seguir peleando contra ese monstruo gigantesco que si no se lo detiene a tiempo, no solo que no dejará de reproducirse sino que se volverá invencible y ello es inaceptable.

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