Visita. El grupo de arquitectos visitantes durante el recorrido por un sector de la isla Trinitaria.

Una mirada externa a las soluciones urbanas locales

El congreso. Nace de una red de centros de estudios superiores que generan investigaciones vinculadas con el hábitat, la movilidad y el cambio climático.

La mayoría de visitantes al parque lineal de la cooperativa Valladolid (isla Trinitaria) no admitía lo que les narraba María Obando Delgado. “Es verdad. Hasta hace poco, aquí por donde ustedes caminan había todo un barrio. Igual sobre el estero”.

Como no le creían, esta mujer, que llegó a vivir al sector hace 26 años, recurrió a los rezagos de ese pasado reciente que aún estaban presentes en el entorno. Señaló las puntas negreadas por el sedimento que sobresalían del lodo, en una mañana de marea baja. Son los restos de palafitos sobre los que hasta hace dos o tres años se levantaban las casas de caña.

“Es sorprendente que en lo que hoy es un área recreativa, haya existido un barrio. ¿Dónde están sus antiguos habitantes?”, inquirió Lissette Molina, una arquitecta cuencana que arribó a la ciudad para sumarse al Segundo Congreso Ecuatoriano de Estudios de la Ciudad, al que acudieron académicos y profesionales expertos en urbanismo, quienes analizaron la convivencia en los espacios públicos, la movilidad urbana, el cambio climático y la producción social de hábitat en los centros poblados.

Es por eso que la cooperativa Valladolid estaba en el recorrido que se definió para que varios de los participantes del evento la visitasen. También aparecían en la hoja de ruta de esa mañana un recorrido por Socio Vivienda, el conjunto habitacional al que fueron trasladadas las familias que se asentaron de manera ilegal en los terrenos aledaños al estero y sobre el que el pasado Gobierno central desarrolló el tramo 4 del proyecto ‘Guayaquil ecológico’, que persigue la recuperación del Salado.

Precisamente ese era el objetivo de este congreso, que durante cuatro días se desarrolló en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG). “Queremos despertar un interés crítico y multidisciplinario de algunos profesionales en temas de la ciudad que pueden ser profundizados en investigaciones y que a su vez puedan llegar a propuestas de soluciones aplicadas, tanto de manera particular como de manera pública”, dijo a Diario EXPRESO Gabriela Durán Tapia, coordinadora de los trabajos de arquitectura de la facultad de la UCSG, quien acompañó al grupo como parte de los organizadores.

“Fue un viaje de confrontación. Pudimos precisar el impacto social que el traslado generó”, comentó Ana Solano de la Sala, arquitecta guayaquileña de larga trayectoria. “Encontramos a las personas del estero residiendo en Socio Vivienda, pero quejándose por problemas de inseguridad y de carencia de muchos servicios. Tienen agua potable, pero insalubre”.

El viaje terminó en el parque Samanes. Al final, la evaluación que pudieron hacer quienes conformaron este recorrido pudo haberse asemejado a la de Gabriela Durán y Ana Solano: los gobiernos de turno solo se fijan en lo cuantitativo y no en lo cualitativo.

Un ejemplo de ello: las soluciones habitacionales de Socio Vivienda fueron diseñadas con una altura de piso a techo de 2,20 metros. “La mayoría son personas afroecuatorianas, que tienen mucha altura”, apuntó una de las participantes de esta jornada urbanística.