Escobas, palas, bombas de succión. Cualquier herramienta fue buena para iniciar la evacuación del agua y el lodo que dejó la más grande inundación en el casco comercial de Santa Ana, desde el fenómeno de El Niño 1997-1998.

Millonarias perdidas dejo la inundacion en Manabi

El presidente visitó ayer Santa Ana, Rocafuerte y Portoviejo. El agua baja; el lodo queda. Pobladores entran al salvataje de lo que no arruinó el desbordamiento

Lodo, millonarias pérdidas económicas y damnificados. Eso fue lo que observó ayer el presidente Rafael Correa, durante un recorrido por el centro comercial de Santa Ana, gravemente afectado por las desbordadas aguas del río Portoviejo que dejaron llanto y destrucción en cinco cantones manabitas.

Rafael Correa llegó en el momento en que los habitantes estaban concentrados en la limpieza y el salvataje de lo poco que le dejó la más fuerte inundación provocada por el río Portoviejo y sus afluentes, que alcanzaron también a los cantones Portoviejo, Rocafuerte, Sucre y Tosagua.

En Santa Ana, además de viviendas, el golpe fue al sector comercial; almacenes de electrodomésticos, ropa, tiendas de pinturas, bodegas de víveres...

Los pobladores hicieron ayer un pequeño alto en la limpieza, que hacen con baldes, escobas y bombas de succión, para hablar con el mandatario que antes de comenzar el recorrido por Santa Ana, Portoviejo y Rocafuerte, los tres cantones más afectados, escribió en su cuenta de Twitter que estas lluvias superan a las del fenómeno El Niño de 1998. “Más terreno débil, nuevas quebradas e hidrología por el terremoto del 16 de abril. Más de 7.000 hectáreas afectadas en los últimos días”.

En Santa Ana, unos 300 comerciantes fueron perjudicados. Leonardo Vera, propietario de una tienda de pinturas, cuenta que perdió el 50 % del material y calcula el perjuicio en 8 mil dólares. Norma Cedeño, empleada de un almacén de ropa, trata de recuperar algo de la mercadería malograda.

Gabriela Mendoza, administradora de la piladora Nacho, que almacenaba cerca de mil quintales de arroz, calcula que el 70 % del producto se malogró. La pérdida: 10.000 dólares.

Una alta afectación a la economía del cantón y de su vecino Portoviejo, a donde también llegó el mandatario para, en medio del lodo, constatar la gravedad de la situación que viven las familias desde hace cinco días.

“En los últimos 24 meses, la naturaleza no nos ha dado tregua, pero saldremos adelante. Nadie está solo”, le dijo ayer Correa a los manabitas, a los que el invierno no da tregua.

En el sector Las Jaguas, en la vía Portoviejo- Rocafuerte, los vehículos aún tienen dificultad para transitarla porque el agua sigue circulando sobre la calzada. Un grupo de policías controla el tráfico en el lugar para evitar desgracias.

Según las autoridades, las inundaciones por el desbordamiento del río Portoviejo fue por el gran caudal de agua que le llegó desde los esteros que nacen en las montañas. La afectación alcanzó a 7.000 familias, pero los daños materiales son incuantificables.

En Tosagua, según un informe del Comité de Operaciones Emergentes, 730 hectáreas de cultivos están bajo el agua y las pérdidas superan los 200.000 dólares.