Las migraciones
Si se tiene algún sentido científico en lo social y económico, no se puede calificar a las migraciones con el vulgar criterio de que se trata de una especie de trasplante que lleva a personas y grupos de un lugar a otro. Si bien es cierto que las migraciones multitudinarias tienen como principal motivo las cuestiones económicas, las que se producen por élites que no son las sociales, sino las intelectuales y las que cultivan la cultura, no tienen ese cariz principal. De este modo, las migraciones otorgan a los países de destino la aportación cultural de personas de otros lares que inyectan principios culturales en el nuevo país de residencia. En el caso de Guayaquil resulta curioso observar cómo a partir de la segunda década del siglo XX, los rotativos se fundan y son dirigidos por personas que vinieron de varios lugares del país. Así, diario El Universo fue fundado y dirigido por un ciudadano orense que dejó sus actividades industriales y comerciales para incursionar en el periodismo y lo convirtió en el mayor diario nacional hasta que irrumpieron Expreso y Extra, el primero con claro destino crítico y conceptual, y el segundo como la publicación de mayor tiraje. Pero también el que sería declarado ‘Decano de la prensa nacional’ fue dirigido por personas que vinieron de fuera, de uno de los cantones de la provincia de Tungurahua, que no es Ambato precisamente. Aunque ha tenido vida azarosa, sus dueños y fundadores se integraron a Guayaquil, hasta que esa revolución de mentiras que mantiene el mando de la República, lo convirtió en un periódico al servicio de un Gobierno, cuando antes servía a los intereses integrales del Ecuador. También los vespertinos la Prensa y la Razón fueron fundados y dirigidos por personas que se avecindaron en esta ciudad, procedentes de otros lugares del país. En el caso de la Prensa, de la provincia de Cañar, y en el de La Razón, de Manabí, pero más aún de una persona que haría historia en Guayaquil y que tiene raíces étnicas de un pueblo que ha influido en el desenvolvimiento de la humanidad, el pueblo de Israel. En cuanto a los segundos propietarios de La Razón, provienen de una migración china, en cuyas manos desapareció. De manera que la inmigración no es solo lo que el vulgo concibe. También trae y deja aportes culturales en Guayaquil, hasta en la gastronomía con raíces serranas, como el morocho, las patatas, la colada morada, la fanesca, las humitas.
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