Panorama. Las calles del balneario suelen lucir solitarias. Aún existen condominios afectados por el terremoto.

El miedo se abre un espacio en Bahia

900 camas tiene actualmente Bahía en su plaza hotelera de las 1.200 antes del terremoto.

Un remezón más. No viene de lo profundo de la tierra, sino del recuerdo. Bahía de Caráquez, uno de los balnearios emblema de la provincia de Manabí, volvió a moverse la mañana del pasado domingo, lo que revivió lo que sucedió en el terremoto del 16 de abril de 2016 y, particularmente en sus habitantes, el del 4 de agosto de 1998.

La preocupación de sus lugareños y de los dirigentes locales de Comercio y Turismo es que los remezones puedan crear una ‘barrera de miedo’ alrededor del balneario que estanque su resurgir. El psicólogo Jorge Luis Escobar asegura que la productividad de una ciudad se afecta cuando su población no se somete a un proceso de reconstrucción emocional, como cree es el caso de los habitantes de Bahía y de todo el país. “Primero, aún hay en Bahía edificios que no se terminan de derrocar. Segundo, no se trabajó en el tema del estrés agudo desde el primer día (del terremoto) hasta el sexto mes. Había que trabajar en un proceso intensivo de desagregar todo el manejo del estrés del terremoto de 1998 y el actual, en el caso de Bahía”, comenta.

Esteban Fiallos, presidente de la Cámara de Turismo de Manabí, está consciente de la existencia de ese temor en propios y extraños, pero espera que no afecte al balneario. Cree que los turistas, a puertas de la fiesta de Año Nuevo, serán prudentes por unos días, tal como pasó después del terremoto de abril de 2016, y procurarán regresar a Bahía. Desde la Cámara consideran que las campañas de información pueden ser una alternativa para disminuir ese temor latente. “Explicar que Manabí cuenta con planes de contingencia para este tipo de eventos naturales”, precisa.

Jorge Aveiga, presidente de la Cámara de Comercio de Sucre (cantón al que pertenece Bahía), también reconoce el miedo presente por el último sismo al que le atribuye una afectación particular porque llegó justo cuando empezaban a ver la recuperación de la localidad. No obstante, precisa que este temor no es tanto en los inversionistas que ven con buenos ojos a la ciudad, sino de sus habitantes y futuros turistas. “En Fin de Año se prevé una concurrencia alta de turistas. Tenemos el temor que este sismo haga desistir de la visita de personas a Bahía”.

La Asociación de Hoteleros de Bahía de Caráquez es más optimista. Vladir Villagrán, presidente del gremio y gerente del hotel Buenavista Place, prefiere no vaticinar si el comportamiento de los turistas será negativo, más bien destaca la reacción de los habitantes de Bahía de Caráquez y sus visitantes el pasado domingo durante el temblor como un gesto de madurez. Revela cifras propias para argumentar que el turismo en la ciudad no está afectado y no se verá afectado. “Tenemos el 10 % de reserva para las fiestas de diciembre. Esto irá subiendo con el pasar de los días. Para esta semana e inicios de la siguiente esperamos tener el 50 % de reservas. El otro 50 % es del huésped que no reserva”.

VOCES

Jorge Luis Escobar

Psicólogo. Ayudó a personas afectadas por el terremoto de 2016.

Lo que está ocurriendo es que la gente de Bahía y del país está generando un nivel de estrés agudo y de contaminación emocional, producto de la no reconstrucción emocional.

Vladir Villagrán

Presidente de la Asociación de Hoteleros de Bahía de Caráquez.

Prefiero verlo desde otra perspectiva. Hay que continuar con los planes de contingencia, con las campañas de conciencia en las escuelas, que se cumplan con las normativas de riesgo. No podemos vivir con temor.

Julio Rivadeneira

Administrador de 5 de 10 edificios afectados por el terremoto del 2016.

Pedimos más atención de las autoridades para reconstruir Bahía y que la gente vuelva a confiar en un turismo seguro. Hay que darle una imagen positiva a una ciudad que ahora se percibe poco activa.