Con 90 mil dólares designados desde la Secretaría del Deporte, el microtenis en Ecuador sobrevive de anhelos.

Microtenistas y un destino: Europa

Nuestros deportistas de tenis de mesa pueden formarse en Ecuador, pero para dar el salto de calidad es crucial migrar hacia el Viejo Continente.

El tenis de mesa no es el deporte más aclamado en el Ecuador y en este submundo en el que se desarrolla con sus deportistas, ha dado pasos firmes hacia la consagración internacional. Esta, también lo ha encontrado con otra realidad y es que los microtenistas, para lograr cumplir el sueño de vivir totalmente de esto, deben saltar el charco y llegar a Europa.

Solo dos coterráneos radican hoy en Alemania: Alberto Miño (Bergneustadt, Bundesliga) y Nathaly Paredes (Langweid, segunda división), y en noviembre, se les unirá Emiliano Riofrío en el Viejo Continente, donde defenderá al Sevilla español en la liga que arranca ese mismo mes.

No es un paso fácil de dar, pero sí necesario para el crecimiento deportivo. Lo asegura el presidente de la Federación Ecuatoriana de Tenis de Mesa, Paúl Calle. “Hay que hacer lo que hizo Miño. Hace nueve años se fue, con sus propios recursos, a Francia y en 2011 entró al plan de alto rendimiento. Con la ayuda del Estado logró sostenerse allí, juega en primera línea, recibe un sueldo de su club, es un profesional del tenis de mesa. Esa visión se necesita a temprana edad, es la única forma de tener resultados relevantes en categorías superiores”, explicó.

Pero que Ecuador no sea una catapulta mundial a la estelaridad en el microtenis, no quiere decir que no sea una potencia regional en sus categorías de formación. Hace poco consiguió un bicampeonato sudamericano y han tenido múltiples convocatorias representando a Latinoamérica en diversos campamentos.

“Ganar nivel en las categorías de menores en Ecuador es muy fácil, porque hay deportistas que son bastante buenos dentro de Latinoamérica por eso siempre hemos tenido campeones sudamericanos y latinoamericanos de 11, 12, 13 y 15 años. El problema es desde allí en adelante”, analiza Miño.

Riofrío recuerda la primera vez que compitió en Europa, tenía 14 años y fue un gran aprendizaje. “Fue en Slovenia y noté que había una diferencia abismal del tenis de mesa europeo al nuestro. Fue allí cuando fabriqué mi visión de lo que podría hacer yendo a Europa. Es un nivel casi a la par de Asia, donde están otras potencias”, aseguró.

Para Miño, la razón de esta obligatoria migración es la poca competencia interna. Aunque hay torneos nacionales e internacionales, no existe una liga como tal, a pesar de que hay 11 clubes afiliados a la federación y 15 provincias se encuentran activas.

“Básicamente no podemos hacer una por los recursos. La liga no puede funcionar sin ello, puede haber voluntad pero quién paga arbitraje, medallas y estímulo económico”, afirmó el titular de la Asociación de Guayas, Alfonso Delgado.

Él mismo puntualiza que la diferencia entre los países hermanos como Colombia, Chile, Brasil, Argentina y Perú, que envían varios deportistas a competir fuera del país, es netamente la economía. “Nosotros tenemos igual o mejor microtenistas, pero no viajan tanto”, agregó.

Con 90 mil dólares designados desde la Secretaría del Deporte, el microtenis en Ecuador sobrevive de anhelos, uno de ellos, estacionar nuevamente a un deportista de esta disciplina en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, hecho que no ha vuelto a ocurrir desde que María Patricia Cabrera izó la bandera tricolor en Barcelona 1993.

Guayas, la potencia, no cobra por sus clases

Atrás del estadio Modelo Alberto Spencer, la sala de tenis de mesa se llena a partir de las 16:00 cuando niños, entre 5 y 8 años, llegan para practicar en el lugar considerado semillero de este deporte a nivel nacional.

El presidente de la Asociación de Tenis de mesa del Guayas, Alfonso Delgado, explicó a EXPRESO que a pesar de las complicaciones económicas a nivel general, reconoce que si empieza a cobrar por formar microtenistas “me quedo sin chicos”.

“Nosotros no cobramos matrícula o salario, hacemos un estudio y evaluamos las condiciones. Si cobramos nos quedaríamos sin chicos y la idea es formar”, enfatizó.

Ellos proveen raquetas a quienes no dispongan de una, “solo vengan bien uniformados y aquí son bienvenidos”, indicó Delgado.