El mercado de valores (II)

Expusimos antes la importancia del mercado de valores como herramienta para apoyar el crecimiento en una economía como la ecuatoriana. Existe un conjunto de condiciones necesarias para su desarrollo: entorno político, entorno económico, entorno institucional y voluntad gubernamental. En mi opinión, el elemento más importante que ha conspirado para la destrucción del mercado de valores en los últimos años ha sido la desaparición de los inversionistas institucionales. Hace pocos años se prohibió que grupos financieros puedan poseer administradoras de fondos. El propósito era separar el mercado de valores del sector financiero, pero el resultado fue la destrucción de los fondos de inversión, pues al no contar las administradoras de fondos con la red de distribución que les ofrecía el sistema financiero, uno a uno fueron desapareciendo, quedando en el mercado tan solamente unos pocos fondos sin mayor relevancia. Posteriormente las autoridades generaron medidas para limitar la posibilidad de fondos para la cesantía de los trabajadores de las entidades públicas, generando la opción de que estos sean retirados por ellos. Luego, el Estado progresivamente fue limitando la participación del Biess en el mercado de valores, hasta desaparecer cualquier posibilidad de compra de títulos del sector privado.

En la actualidad esa entidad, en lo que a títulos valores se refiere, compra aquellos emitidos por el Estado, provocando concentración de riesgo en un emisor, pero además, no devolviendo al sector productivo recursos que el IESS recibe de este sector permanentemente. Como si fuera poco, es pública la situación del Issfa y la limitada participación del Isspol.

En el país debe producirse una reforma previsional que le dé a cada ciudadano el poder para decidir dónde poner sus recursos de jubilación, y con ello la economía utilizar al mercado de valores para lograr un desarrollo sostenido. Pero esto sería quitarles a los políticos el poder sobre nuestras vidas y no lo van a ceder tan fácilmente. Las lecciones de América están a la vista, hay que observarlas.

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