Un grupo de investigadores del King’s College de Londres quería comprobar cuáles son los efectos de ciertos tipos de bebidas en la flora intestinal, así que inició un estudio en el que los protagonistas fueron la cerveza, la sidra, el vino tinto, el vino blanco y las bebidas espirituosas como el brandy, el whisky, el ron, la ginebra y el vodka.

El análisis comenzó con 916 gemelas voluntarias en Reino Unido, en lo que se considera el primer estudio en humanos, pues antes se había realizado en animales.

Lo que los científicos detectaron fue que entre todas estas bebidas, el vino tinto tuvo el mayor efecto positivo en la salud intestinal. No solo eso, también se lo asoció con niveles más bajos de obesidad y del denominado colesterol malo o LDL.

El vino blanco también ofrece efectos positivos aunque en menor proporción que el tinto. Esas ventajas no se encontraron en la cerveza, en la sidra o en las bebidas espirituosas.

¿Pero cuál es el beneficio de que se enriquezca la flora intestinal? La principal ventaja es que mientras más diversa sea esta, nuestro organismo tendrá más herramientas para enfrentar más enfermedades y para producir más metabolitos de los alimentos, indicaron los investigadores.

Otra de las interrogantes en este tema es qué hace que el vino tinto tenga esas ventajas. Los científicos dicen que su poder puede estar en los polifenoles, que son los nutrientes que se encuentran en la piel de la uva.

El vino tinto tiene una lista de varios estudios a su favor, como los efectos positivos para la salud del corazón y para combatir el estrés. Para obtener esos beneficios no hay que hacerse un asiduo bebedor. Una copa cada dos semanas es suficiente, asegura el estudio.