Acción. Los mandiles colgados, como signo de inconformidad por la falta de pago a tiempo de salarios y bonos.
Acción. Los mandiles colgados, como signo de inconformidad por la falta de pago a tiempo de salarios y bonos.Cortesía.

Los médicos rurales tienen hambre

Son más de 9.000 profesionales de la salud los que reclaman sus salarios y bonos. La historia se repite.  Una acción de protección, a su favor

La salud rural ha entrado en terapia intensiva. Por tercera vez en este año, profesionales de la rama denuncian que no han recibido sus bonos correspondientes por trabajo y movilización en zonas de difícil acceso, a la fecha, ni si quiera les han pagado el salario del mes pasado a algunos de ellos.

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El presidente de la Asociación Nacional de Médicos Rurales (Anamer), Adrián Parra, ha explicado a EXPRESO que son más de 9.000 los profesionales de la salud perjudicados por el atraso, pero resalta que eso no es lo más angustiante, sino que a cientos de profesiones rurales (médicos, licenciados, odontólogos y obstetras) les cambiaron el rubro del bono sin notificación alguna.

A través de la resolución vigente MRL-2014-0430, el entonces ministro de Relaciones Laborales Carlos Marx Carrasco calificó los lugares de difícil acceso como zonas A y B, a fin de destinar los rubros adecuados a la bonificación geográfica y los servicios de salud pública.

Esa clasificación dejó las bonificaciones por ese concepto entre $ 100 y $ 200, de acuerdo a la distancia, pero el presidente de Anamer reporta que se ha bajado a alrededor de $ 50 en algunos casos y que hay quienes están impagos todo el año.

Con mandiles colgados se protesta en algunas zonas del país.

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El Ministerio de Salud aún no da respuestas a este Diario sobre el tema, aunque explicó que gestiona el pedido de información desde el martes.

Para Parra, esta es “una descarada falta a la normativa, tanto a la Ley Orgánica de Servicios Públicos (Losep) como a los acuerdos ministeriales”. Dice que “Salud ha hecho cambios arbitrarios y no hay congruencia ni siquiera en los pagos del personal de un mismo centro de salud”.

Esto significa que en un centro puede haber un médico al que se le paga $ 40 y otro al que se le paga $ 50, teniendo las mismas horas laboradas. “Y lo más probable es que a ninguno le hayan pagado ese rubro por meses”, dice.

Critica el que Salud no haya comunicado nada al respecto y mantenga silencio administrativo en torno al tema, pese a los oficios que han notificado a la cartera este año.

Foto subida otra vez_ Médicos en zona rural Orellana.

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Fabián Arias fue el representante de la Organización de los Profesionales de la Salud Rural (Oprosar) hasta julio de este año. En ese entonces, la lucha por el pago puntual de los salarios y los bonos ya era una constante entre rurales.

En junio logró que un juez conceda una acción de protección por los pagos no realizados al gremio en esa fecha, un alivio entonces, solo para algunos, admite, pues pese a la resolución, hay profesionales que terminaron sus períodos en agosto, que se fueron con tres meses impagos y que siguen sin que se reconozca su labor. Pasa en Carchi, asegura.

TransporteHay centros de salud rural de tan difícil acceso que se accede a ellos por vía aérea o fluvial. Un vuelo a la Amazonía, por ejemplo, cuesta $ 200.

“El juez dio un visto bueno por derechos vulnerados. Fue una lucha ardua la que se llevó a cabo, pero el tema de la salud rural está muy desatendido. Es indignante que hayan retrasos aún, pese a que ya se ganó una medida”, opina. Exhorta a que sus colegas no dejen que se vulneren sus derechos. Les corresponde, es justo para ellos. Cuando salió del cargo, la deuda ascendía a $ 400 mil.

A la actual presidenta de esa organización, Kattya Criollo, le preocupa que no se les cancelen los rubros a los profesionales de la salud que cumplen su período en diciembre, de allí que no descarta tomar, como su antecesor, la vía legal para hacer cumplir los derechos de sus colegas, quienes han debido jugarse el todo para llegar a sus trabajos sin dos centavos en su bolsillo. “Tienen hambre y nadie hace nada”, insiste.

Testimonio: “No hay nada para los pacientes”

En toda la zona rural se denuncia falta de medicamentos.
En toda la zona rural se denuncia falta de medicamentos.Cortesía.

Ana es médico rural en una provincia del norte del país. No quiere que se publique su apellido porque teme represalias, pero tampoco quiere callarse.

Durante el último mes, su cuenta tiene $ 2,57 de saldo, cuando ella debe gastar $ 5 diarios. “Solo como una vez al día, para sobrevivir. Dos de esos cinco dólares los gasta en movilizarse a su centro de salud, donde el panorama empeora, pues “no hay nada para los pacientes”, dice.

De dinero que le prestaron, mandó a comprar anestesia para suturar, paracetamol y suero oral, “porque no hay nada de medicina, absolutamente nada”.

Tampoco hay reactivos en el único laboratorio, por ende no hay exámenes ni radiografías. Ese escenario se replica en prácticamente todos los centros, asegura.