La masacre de obreros en noviembre de 1922

En el 2022 se cumplirán cien años de la matanza de obreros artesanales que salieron a las calles de Guayaquil a protestar por la carestía de la vida y para exigir mejores salarios, pero los militares comenzaron a disparar a los huelguistas, mujeres y niños.

Según los diarios de la época, un centenar de ciudadanos cayeron (dicen los historiadores que hubo de 300 a 500 víctimas). Por la cantidad de cadáveres, los soldados lanzaron al río los cuerpos. El Guayas fue la tumba de panaderos, cocineras, vagoneros, lavanderas, estibadores, carpinteros y vaporinos, gente del pueblo llano. Pero, ¿por qué no existe en Guayaquil una placa, un monumento o cualquier señal recordatoria sobre la masacre de obreros del 15 de Noviembre de 1922? Alguien una vez me respondió: “No hay porque los muertos eran pobres obreros”.

Espero que el tiempo no le dé la razón, por lo que hago un llamado a las instituciones para plasmar a orillas del río Guayas lo que Joaquín Gallegos Lara tituló Las cruces sobre el agua, en memoria del puñado de hombres asesinados cobardemente, cuyos cuerpos descansan en el fondo del río Grande.

Posiblemente sus almas luchadoras aún palpitan junto a cada persona que camina por el malecón.

Julio César Navas Pazmiño