María Mejía se prepara para iniciar a maquillar un cadáver.

Maria Fernanda Mejia: “Hay que perderle el miedo a la muerte”

Asegura que en su profesión no hay espacio para el miedo. Con naturalidad, María Fernanda Mejía se prepara para devolver un soplo de ‘vida’ al aspecto de los cadáveres que llegan a sus manos.

Asegura que en su profesión no hay espacio para el miedo. Con naturalidad, María Fernanda Mejía se prepara para devolver un soplo de ‘vida’ al aspecto de los cadáveres que llegan a sus manos.

Detrás de dos puertas blancas, el aire acondicionado llena el tanatorio —lugar donde se preparan y arreglan los cadáveres—, y allí comienza su trabajo. El frío dejó de incomodarla. Se coloca una mascarilla gris que cubre casi todo su rostro, para evitar el contagio con algún virus o bacteria existente en el cuerpo. Se enfunda las manos en dos pares de guantes azules y coloca la caja de cosméticos sobre una mesa, junto al féretro.

Ella es la encargada de embellecer, maquillar y hasta realizar pequeñas reconstrucciones en los cadáveres.

Con la habilidad adquirida en los ocho años que lleva trabajando en la funeraria Servicios Nacionales, saca ágilmente envases, algodones y otros implementos que utiliza para realizar el primer paso de su procedimiento: la desinfección. Aquí limpia e higieniza el cuerpo para que los materiales posteriores tengan el efecto deseado.

Rasura la escasa barba del hombre, llega la parte favorita de María y finalmente elige un corrector de piel y empieza con el maquillaje. Humecta la esponja con un poco de producto y con suaves toques trata de emparejar el color de la piel. “El maquillaje es sumamente natural para que la persona solamente tome coloración y para que dé el aspecto como que está dormido”, explica. También utiliza rubor, pero no demasiado.

Una vez que está segura del acabado, se quita un par de guantes, los que tienen residuos de cosméticos, y con los otros quita cualquier pelusa que empañe la guayabera blanca con la que vistieron al cuerpo. Una última revisión y todo está hecho.

¿Por qué elegir este trabajo? Para María Fernanda todo comenzó con una experiencia personal. Ella fue la encargada de cuidar y, posteriormente, arreglar el cuerpo sin vida de una tía de su esposo, experiencia que la marcó y despertó en ella un sentimiento que la hizo querer ayudar a otras personas.

“Mi trabajo es una ayuda y para mí es muy hermoso trabajar en esto. Trabajo con mucho respeto y pasión. Me siento bien y me siento en paz pudiendo trabajar en esa persona para que la recuerden bien”, dice sin perder el tono de su voz.

Ese es su objetivo al preparar a cada difunto para su sepelio. Con maquillaje busca borrar las huellas de dolor que las distintas enfermedades dejan a su paso. Realizar reconstrucciones pequeñas, camuflar heridas y pegar párpados son algunas técnicas que utiliza para conseguir su cometido.

“La mayoría de las personas piensan que se trata solo de maquillar. Y no. Hay que tener una preparación porque, aunque se trate de una persona fallecida, sigue siendo un ser humano. Hay que trabajar con mucho respeto”, dice sobre las opiniones que ha recibido sobre su oficio.

También cuenta que siempre recibe una reacción diferente. Quienes la escuchan “se asustan o se admiran”. “Especialmente porque soy mujer porque tienen el mito de que las mujeres somos débiles, miedosas, pero yo nunca tuve miedo ni asco...”. Pero lejos de molestarla, algunos comentarios incluso le resultan graciosos: “Me preguntan si no me molestan, si no me cogen los muertos, y la verdad en todos los años que llevo trabajando no ha pasado”.

Para ella, todo se reduce en trabajar con pasión, respeto y perder el miedo y también el asco ya que, según cuenta, no todos los cuerpos llegan en las mejores condiciones. “Hay que perder eso, sobre todo hay que perder el miedo a la muerte que es lo que la mayoría de las personas es lo que tiene”, acota.

Ser profesional

Para ejercer la tanatopraxia y tanatoestética —que abarcan prácticas para la higienización, conservación, embalsamamiento, restauración, reconstrucción y cuidado estético— María tuvo que conseguir su título de tecnóloga a distancia, en la Universidad de Granada de España y le tomó cerca de tres años.

La especialista cuenta que, a pesar de contar con los estudios y los años de experiencia, su título no es reconocido en el país ya que, en Ecuador no existe una carrera que abarque esta especialidad. Sin embargo, María puede realizarla porque cuenta con estudios es enfermería.

Según el Reglamento Establecimientos Servicios Funerarios y Manejo de Cadáveres, emitido por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria, en el artículo 16, “(...) El profesional médico, con título registrado ante la Autoridad Sanitaria Nacional que haya realizado la preservación, emitirá el informe correspondiente en el que conste la razón por la que se realizó la preservación”.

Nancy Hidalgo, presidenta de la Asociación de Tanatopractas de Ecuador, señala que en el país no existe una carrera en sí para especializarse en esta rama. “No existe una creación (de carrera) por medio del Estado. No hay el interés necesario en llevar la carrera en sí...”, dice. Reitera que mediante la Asociación que preside se han realizado varios intentos por plantear una especialización pero que hasta ahora no lo han conseguido.

La Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Cualificaciones (Setec) cuenta con un perfil que el tanatopracta debe cumplir, y donde se especifican los métodos, procedimientos y competencias que puede realizar.

Datos

- La Asociación de Tanatopractas de Ecuador, formada en 2015, también ofrece cursos en Tanatopraxia que duran seis meses.

- En enero de 2017, la Asociación solicitó datos sobre el número de médicos autorizados y capacitados para ejercer la Tanatopraxia en el país pero la Dirección Nacional de Normalización de Talento Humano en Salud no contaba con la información solicitada. Este diario también realizó la consulta a la dirección de Comunicación del Ministerio de Salud pero la respuesta no llegó.

Hidalgo afirmó que enviará una petición al Ministerio de Salud Pública para que se considere la creación de la carrera en el país. Ella asegura que en una ocasión anterior ya envió la una solicitud similar, pero fue dirigida al entonces secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), Augusto Barrera.