Lo malo de Internet

Las redes sociales en Internet fueron otros de los grandes inventos del emprendimiento estadounidense. Igual que la mayoría de las empresas de la Revolución de la Información y Comunicación, fueron creadas por jóvenes con menos de 30 años de edad, unos universitarios, otros no. En pocos años, por ser útiles los productos que ofrecían, comenzaron a usarse en todos los continentes. Para tener acceso a ellas hay que llenar el perfil del usuario.

La finalidad de las redes es conectarse con amigos y extraños. Centenares de millones de personas empezaron a hacerlo. Así nació una variedad de estadística: número de contactos, a quiénes se sigue, quiénes lo siguen, etc. Sin conocerlo los usuarios, las empresas de esos servicios han creado una gigantesca base de datos sin costo alguno para ellas; además siguen la pista de cada usuario, incluyendo hábitos de compra en Internet. El siguiente enlace contiene toda la información que Facebook obtiene del usuario https://www.nytimes.com/2018/04/11/technology/personaltech/i-downloaded-the-information-that-facebook-has-on-me-yikes.html?em_pos=large&emc=edit_ct_20180412&nl=technology&nlid=70884971edit_ct_20180412&ref=headline&te=1

Hace un par de semanas se conoció que una empresa había obtenido el perfil de 87 millones de usuarios de Facebook, sin su autorización, y luego vendido la información para campañas políticas. Este hecho ocasionó una fuerte caída del valor de las acciones de esa empresa, y la intervención del poder Legislativo, que próximamente promulgará leyes para evitar que ocurran hechos delictivos.

Siempre me ha llamado la atención la facilidad con la que los usuarios revelan su vida frente a centenares de millones de personas que no conocen, pero los enteran de quiénes son sus amigos, familiares, viajes, “hobbies”, matrimonios, fiestas de aniversarios, cumpleaños, etc. Se convierte en confesión social. La asombrosa apertura puede ser la fuente para que personas inescrupulosas usen la base de datos con fines dañinos. Estar en vitrina es muy peligroso para abuelos, padres e hijos. Se debe usar con cuidado y mucho criterio.