Máscaras, cintillos, banderas negras y de Ecuador, pitos, bocinas, carteles. Todo sirvió, la tarde de ayer, para rechazar el trámite de la ley de Plusvalía enviada a la Asamblea por el presidente Rafael Correa.

En Quito, desde las 17:00, decenas de ciudadanos empezaron a llegar a la Tribuna de Los Shyris para expresar su malestar por lo que denominaron una ley ‘confiscatoria’.

“No impuesto a la plusvalía”, “No más corrupción, traigan a Capaya y al primo Pedro”, se leía en los carteles.

Uno de los primeros en llegar fue el coronel Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército y ahora militante del PSC. Él ondeaba una bandera tricolor. El oficial retirado dijo que en la concentración no había partidos políticos y recordó que la protesta fue una autoconvocatoria de ciudadanos por las redes sociales.

En el plantón, frente a la sede de PAIS, tampoco faltaron gritos que pedían la salida del presidente Correa.

La tónica de la protesta fue la ropa negra que lucieron los quiteños –tal como ocurrió el año pasado en las manifestaciones de junio–. Aproximadamente, a las 17:30 los manifestantes se tomaron un carril de la avenida de los Shyris. Hubo forcejeos con la policía.

Aunque algunos integrantes de los partidos de oposición al Gobierno habían anunciado su presencia, hasta el cierre de edición no se hicieron presentes en la Shyris.

Los promotores de las protestas habían anunciado concentraciones en Quito, Guayaquil, Cuenca y Ambato.

En Guayaquil, el ambiente empezó con incertidumbre. Eran las 16:45 (la convocatoria se había fijado a las 17:00) y apenas se divisaba un grupo de no más de 20 personas en la entrada al parque Centenario, entre la avenida 9 de Octubre y Lorenzo de Garaicoa.

Con el transcurrir del tiempo, los manifestantes llegaron por decenas, para expresar su rechazo contra el Gobierno. “Con esto decimos no al continuismo, no al abuso de poder, no a la corrupción”, expresó el contralmirante retirado Aland Molestina, miembro del grupo Concertación Cívica Nacional. MCV/DEMO