Danza  Los alumnos de la Unidad Educativa Dolores Cacuango bailaron a los ancestros.

La magia del festejo andino se despliega en Guayaquil

En medio de frutas, pétalos y flores, un ritual dirigido a los cuatro puntos cardinales, norte, sur, este y oeste, se inicia en un ambiente de mística y profunda convicción comunitaria.

En medio de frutas, pétalos y flores, un ritual dirigido a los cuatro puntos cardinales, norte, sur, este y oeste, se inicia en un ambiente de mística y profunda convicción comunitaria. En el centro se ubican semillas y frutas que simbolizan los frutos que se va a recibir de la Madre Tierra.

Este acto ceremonial, en que se conectan con la Pachamama para recibir buenas energías y empezar un período más del ciclo agrícola, fue realizado en el auditorio del Centro Cultural Simón Bolívar (MAAC), organizado por la Subsecretaría de Educación Zonal 8, mediante la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe.

En esta ocasión se realizó un foro, con la idea de dar a conocer a la sociedad la realidad respecto a esta celebración andina, “pues se piensa que son solamente fiestas, y en ellas hay mucha sabiduría y conocimiento ancestral”, dijo Yanet Chonga, vocera de la subsecretaría.

Participaron estudiantes de las unidades interculturales bilingües, quienes presentaron obras que simbolizan la preparación y la siembra de las semillas para este nuevo ciclo agrícola.

Se eligió a la Ñusta Kulla Raymi.

Participaron en el acto 8 candidatas, cada una representaba a un plantel educativo. La designación recayó en María Magdalena Chauca Guamán, de la Unidad Educativa Dolores Cacuango, y en Sandra Tayupanda, de la Unidad Educativa Santiago de Guayaquil. Ambas señoritas elegidas de entre 8 participantes trabajarán por el fortalecimiento, identidad y reconocimiento de su pueblo.

El Sistema de Educación Intercultural Bilingüe Zonal 8, que comprende Guayaquil, Durán y Samborondón, realiza cada tres meses una actividad; en este mes se está realizando el sembrío; luego viene el Kapac Raymi, que representa el cuidado; después el Pawkar Raymi, que es el florecimiento, y por último el Inti Raymi, que es la cosecha, la productividad del fruto que se siembra ahora.

Uno de los puntos que se trataron en el foro es que todo docente tiene la oportunidad de trabajar en cualquiera de las unidades educativas interculturales, el requisito base para esto es que deben saber por lo menos una de las lenguas ancestrales, es decir, si se trabaja en una unidad educativa chachi, el primer requisito es que sepa la lengua chapalá.

“Vamos a mostrar a la mujer indígena joven cuán importante es para nosotros nuestra vestimenta, nuestra lengua, nuestra identidad, que se está perdiendo, lo que nosotros queremos es que en especial nuestra lengua no se pierda, porque desde el momento en que se pierde, se pierde la historia de un pueblo”, acotó la vocera de Educación. (F)