Francisco Rosales Ramos | Evaluación por resultados

El mayor desafío que enfrenta el gobierno es controlar la inseguridad y recobrar niveles ‘razonables’ de confianza
Este método mide el desempeño frente a los logros alcanzados en función de las metas preestablecidas.
Se aplica para determinar la eficiencia de una persona, un equipo o una administración en función de los recursos destinados al efecto.
Con seguridad, el mayor desafío que enfrenta el gobierno de Daniel Noboa es controlar la inseguridad y recobrar niveles ‘razonables’ de confianza. Mientas se mantenga el número de muertes violentas, asaltos, robos a mano armada, extorsiones y chantajes será imposible atraer la inversión nacional y extranjera para crear nuevas empresas y el consecuente empleo.
Los datos sobre homicidios en el primer semestre de 2025 son desalentadores. Se registran 4.619 muertes violentas, un crecimiento del 47 % frente al primer semestre de 2024. De mantenerse esta situación, 2025 terminará con 52 homicidios por cada 100.000 habitantes, que será un récord de vergüenza entre los países de América Latina.
En 2020 se registraron 1.372 homicidios; 2.496 el 2021; 4.886 el 2022; 8.248 el 2023. En 2024 se produjo una esperanzadora disminución a 7.033. Pero el presente año pinta desastroso.
Y no se cuestionan los esfuerzos del Gobierno, al contrario, se reconoce la labor sacrificada de policías y militares en la lucha contra las bandas y bandidos, pero los resultados -que en definitiva es lo que importa a la ciudadanía- son desalentadores. No solamente en el número de homicidios, sino en el aumento violento de asaltos, robos, extorsiones y todo tipo de amenazas al ciudadano.
A riesgo de simplificar un tema de gran complejidad, se puede afirmar que el plan de enfrentar al delito que llevan a cabo las autoridades no es el idóneo en las circunstancias, y que algunos cambios radicales deberán hacerse para obtener resultados. Entre estos, la necesidad de acción conjunta con los países vecinos productores de droga, así como Estados Unidos, Europa, Brasil y otros en los que radica la mayor demanda de ese veneno que está destruyendo a la humanidad.